Doctrina Bíblica – Cristo Murió Para Darnos Seguro Acceso al Lugar Santísimo

 

Pasaje clave: Hebreos 10:19.

Uno de los grandes misterios en el Antiguo Testamento fue el significado de la tienda de campaña que Israel utilizaba para la adoración llamada «tabernáculo». El misterio se insinuó pero no se hizo claro. Cuando el pueblo de Israel salió de Egipto y llegó al Monte Sinaí, Dios dio detalladas instrucciones a Moisés sobre cómo construir esta tienda de campaña de adoración con todas sus partes y mobiliario. La parte misteriosa acerca de esto fue el siguiente mandato: «Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte» (Éxodo 25:40).

Cuando Cristo vino al mundo 1.400 años más tarde, se reveló en forma más completa que este «modelo», porque el viejo tabernáculo era una «copia» o una «sombra» de las realidades en el cielo. El tabernáculo fue una figura terrenal de una realidad celestial. Así, pues, en el Nuevo Testamento leemos esto: «(Los sacerdotes) sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al ‘modelo que se te ha mostrado en el monte» (Hebreos 8:5).

De modo que todas las prácticas del culto de Israel en el Antiguo Testamento señalan hacia algo más real. Así como había lugares santos en el tabernáculo, donde el sacerdote repetidamente manejaba la sangre del sacrificio de los animales y se reunía con Dios, así hay «lugares santos» infinitamente superiores a aquellos en el cielo, donde Cristo entró con su propia sangre, no repetidamente, sino una vez por todas.

«Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención» (Hebreos 9:11-12).

La implicación de esto para nosotros es que la vía está ahora abierta para que podamos ir con Cristo a todos los lugares santísimos de la presencia de Dios. Antiguamente solo los sacerdotes judíos podían entrar en la «copia» y «sombra» de estos lugares.

Solo el sumo sacerdote podía ir una vez al año dentro del Lugar Santísimo donde la gloria de Dios aparecía (Hebreos 9:7). Había una cortina prohibitoria que protegía el lugar de la gloria. La Biblia nos dice que cuando Cristo expiró en la cruz, «el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. Y la tierra tembló y las rocas se partieron» (Mateo 27:51).

¿Qué significaba eso? La interpretación nos es dada en estas palabras: «Tenemos libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne» (Hebreos 10:19-20).

Sin Cristo, la santidad de Dios tenía que protegerse de nosotros. El habría sido deshonrado, y nosotros habríamos sido consumidos a causa de nuestro pecado. Pero ahora, gracias a Cristo, podemos acercarnos y festejar nuestros corazones en la plenitud de la flamígera hermosura de la santidad de Dios.

Él no será deshonrado. Nosotros no seremos consumidos. Porque por el todo protector Cristo, Dios será honrado, y nosotros permaneceremos en admiración reverente para siempre. Por consiguiente, no temamos ir a Él. Pero hagámoslo por medio de Cristo.

Extracto del libro  “La Pasión de Jesucristo”

Por John Piper

Artículo anteriorTeología – John Piper CRISTO MURIÓ PARA SER EL LUGAR DONDE NOS REUNIMOS CON DIOS
Artículo siguienteTeología – John Piper CRISTO MURIÓ PARA QUE PODAMOS PERTENECER A ÉL
Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingresa para comentar!
Por favor ingresa tu nombre