La Doctrina de la Creación – La Creación y la Evolución 4

 

Continuemos.

Parece más apropiado concluir en las palabras del geólogo Davis A. Young: «La posición del evolucionismo teísta según lo expresan algunos de sus proponentes no es una posición coherentemente cristiana, porque se basa en parte en principios que son importados al cristianismo». De acuerdo a Louis Berkhof, «la evolución teísta es hija de la vergüenza, que llama a Dios a intervalos periódicos para ayudar a la naturaleza en cuanto a los abismos que bostezan a sus pies. No es ni la doctrina bíblica de la creación, ni una coherente teoría de la evolución».

 

Notas sobre la teoría darwiniana de la evolución.

La palabra evolución se pue­de usar de diferentes maneras. A veces se usa para referirse a «microevolución», pequeños desarrollos dentro de una especie por los que vemos moscas o mosquitos que llegan a ser inmunes a los insecticidas, seres humanos que alcanzan más alta estatura, o diferentes colores o variedades de rosas que se desarrollan. Ejemplos innumerables de tal «microevolución» son evidentes hoy, y nadie niega que existan. Pero ese no es el sentido en que la palabra evolución se usa por lo ge­neral al hablarse de las teorías de la creación y la evolución.

El término evolución se usa más comúnmente para referirse a la «macroevolución»; es decir, la «teoría general de la evolución» o teoría de que «la sustancia iner­te dio lugar al primer material vivo, que subsecuentemente se reprodujo y diversificó para producir todos los organismos extinguidos o existentes». En este capítulo, cuando usamos la palabra evolución la usamos para referirnos a la macroevolución o teoría general de la evolución.

 

G. Retos Presentes a la Evolución.

Desde que Carlos Darwin publicó por primera vez su obra El origen de las espe­cies mediante la selección natural en 1859, ha habido retos a esta teoría de parte de cristianos y no cristianos por igual. La presente teoría neodarwiniana todavía es fundamentalmente similar a la posición original de Darwin, pero con refinamien­tos o modificaciones debido a más de cien años de investigación. En la teoría evo­lucionista darwiniana moderna, la historia del desarrollo de la vida empezó cuando una mezcla de sustancias químicas presentes en la tierra produjeron es­pontáneamente una forma muy sencilla de vida, probablemente de una sola célu­la. Esta célula viva se reprodujo por sí sola, y con el tiempo hubo algunas mutaciones o diferencias en las nuevas células producidas. Estas mutaciones con­dujeron al desarrollo de formas de vida más complejas.

Un ambiente hostil signifi­caba que muchas de ellas perecerían, pero las más aptas para su medio ambiente sobrevivirían y se multiplicarían. De este modo la naturaleza ejerció un proceso de «selección natural» en el cual los diferentes organismos más aptos al medio am­biente sobrevivían. Más y más mutaciones a la larga desarrollaron más y más va­riedades de seres vivos, así que del organismo más sencillo se desarrollaron con el tiempo todas las formas de vida más complejas sobre la tierra mediante este proce­so de mutación y selección natural.

La crítica más reciente, y tal vez la más devastadora, de la teoría darwiniana presente viene de Philip E. Johnson, profesor de leyes que se especializa en anali­zar la lógica de los argumentos. En su libro Darwin on Triol cita extensamente de los teóricos revolucionarios presentes para demostrar que:

a. Después de más de 100 años de cultivo experimental de varias clases de ani­males y plantas, la cantidad de variación que se ha podido producir (incluso con cultivo intencional y no al azar) es extremadamente limitada, debido a la limitada amplitud de variación genética en cada tipo de cosas vivas; los perros que se han criado selectivamente por generaciones siguen siendo perros, la mosca de las fru­tas sigue siendo mosca de la fruta, etc.; y cuando se les permite que vuelvan a su es­tado silvestre, «las razas más altamente especializadas perecen rápidamente y los sobrevivientes revierten al tipo salvaje original». Concluye que «la selección natu­ral», que aducen los darwinistas para explicar la supervivencia de organismos nue­vos, es en realidad una fuerza conservadora que trata de preservar la aptitud genética de una población, y no para cambiar sus características.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Teología Sistemática”

Por Wayne Grudem

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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