La Doctrina de Dios – Los Atributos Incomunicables de Dios 11

 

Continuemos.

Pero hay dos dificultades al hablar de esta manera:

1) La Biblia nunca habla de una manera directa de la presencia de Dios en los que no creen, probablemente para evitar cualquier conexión entre Dios y la responsabili­dad o culpa por las malas obras, y probablemente también para evitar cualquier su­gerencia de la presencia de Dios para bendecir, puesto que es sólo una presencia para sustentar.

2) Todavía más, este sentido de «presencia para sustentar» no es el sentido que Pablo tiene en mente en Colosenses 2:9. De hecho, allí Pablo ni siquie­ra parece querer decir simplemente «presente para bendecir» en el mismo sentido en que Dios está presente para bendecir en la vida de todos los creyentes. Más bien, Pablo parece querer decir que en Cristo la propia naturaleza de Dios está presente para bendecir y para manifestar su carácter de la manera más plena y más completa posible.

Nuestra dificultad para comprender cómo expresar la manera en que Dios está presente en los que no creen, por ejemplo, nos lleva a darnos cuenta de que aun­que la Biblia puede hablar de que Dios está presente en toda parte y lugar, cuando la Biblia dice que Dios está «presente» por lo general quiere decir «presente para ben­decir». Es decir, aunque hay unas pocas referencias a la presencia de Dios para sus­tentar o presencia para castigar, la vasta mayoría de las referencias bíblicas a la presencia de Dios son simplemente maneras más breves de afirmar que él está pre­sente para bendecir.

Algunos ejemplos del significado bíblico usual de la expresión son los siguien­tes: 2 Corintios 3:17; Romanos 8:9-10; Juan 14:23, y así por el estilo. Todos estos versículos hablan de la presencia de Dios y dan por sentado que entendemos que quieren decir la presencia de Dios para bendecir.

En una especie de expresión paralela, cuando la Biblia habla de que Dios está «lejos» por lo general quiere decir que «no está presente para bendecir». Por ejem­plo, Isaías 59:2 y Proverbios 15:29.

En resumen, Dios está presente en toda parte del espacio con todo su ser, sin embargo actúa en forma diferente en diferentes lugares. Es más, cuando la Biblia habla de la presencia de Dios, por lo general quiere decir su presencia para bende­cir, y es simplemente normal que nuestra habla se ajuste a este uso bíblico.

Cuando quieres hacer algo malo, te retiras del público a tu casa en donde ningún enemigo pueda verte; de los lugares de tu casa que son abiertos y visibles a los ojos de los hombres te retiras a tu cuarto; incluso en tu cuarto temes algún testigo de al­gún otro lugar, así que te retiras a tu corazón, y allí meditas: él está más adentro que tu corazón.

Adondequiera, por consiguiente, que huyas, él está allí. De ti mismo, ¿adónde vas a huir? ¿No te seguirías tú mismo adondequiera que huyeras? Pero puesto que hay Uno más interior incluso que tú mismo, no hay lugar adonde pue­das huir de un Dios colérico sino a un Dios reconciliador. No hay ningún lugar al cual puedas huir. ¿Huirás de él? Huye a él.

 

5. Unidad.

La unidad de Dios se puede definir como sigue: Dios no está dividido en partes, y sin embargo vemos que en diferentes ocasiones se hace énfasis en diferentes atribu­tos de Dios. A este atributo de Dios también se le ha llamado la simplicidad de Dios, usando simple en el sentido menos común de «no complejo» o no compuesto depar­tes». Pero siendo que la palabra simple hoy tiene el sentido más común de «fácil de entender» y «no inteligente o tonto», es más útil ahora hablar de la «unidad» de Dios en vez de su «sim­plicidad».

Cuando la Biblia habla de los atributos de Dios nunca destaca alguno de los atri­butos de Dios como más importantes que los demás. Se da por sentado que todo atributo es completamente una verdad en cuanto a Dios y es una verdad en cuanto a todo el carácter de Dios. Por ejemplo, Juan puede decir que «Dios es luz» (1 Jn.1:5) y luego, un poco más tarde, también decir que «Dios es amor» (1 Jn.4:8).

No hay ninguna sugerencia de que una parte de Dios es luz y una parte de Dios es amor, ni de que Dios es parcialmente luz y parcialmente amor. Tampoco debe­mos pensar que Dios es más luz que amor ni más amor que luz. Más bien Dios mis­mo es luz, y Dios mismo también es amor. Lo mismo es cierto de toda otra descripción del carácter de Dios, como la que tenemos en Éxodo 34:6-7.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Teología Sistemática”

Por Wayne Grudem

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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