1. Presiónese a sí mismo

El primer requisito del éxito es aplicar ininterrumpidamente sus energías físicas y mentales a un solo problema y sin cansarse. (T. Edison).

Establezca fechas tope y fechas tope secundarias para cada tarea o actividad. Créese su propio “sistema de obligaciones”. Suba su propio listón y no se dé por vencido. Una vez que establece una fecha tope, aténgase a ella e incluso trate de superarla. Anote cada paso de un trabajo o proyecto principal antes de empezarlo. Después determine cuántos minutos y horas requerirá para completar cada fase. Organice su agenda diaria y semanal para crear segmentos de tiempo cuando trabaje exclusivamente en estas tareas.

  1. Optimice sus poderes personales

Reúna todos sus recursos, conjunte todas sus facultades, canalice todas sus energías y dirija todas sus capacidades para dominar por lo menos un campo de esfuerzos (John Haggai).

Analice sus niveles actuales y sus hábitos cotidianos de salud. Decida hoy mismo mejorar sus niveles de salud y energía preguntándose lo siguiente:

  1. ¿Qué estoy haciendo para mantener la buena forma física y que podría hacer más?
  2. ¿Qué estoy haciendo y que podría hacer menos?
  3. ¿Qué no estoy haciendo y debería empezar a hacer si quiero rendir mejor?
  4. ¿Qué hago hoy que afecta mi salud y debería dejar de hacer inmediatamente? Cualesquiera que sean sus respuestas a estas preguntas, actúe hoy mismo.
  1. Motívese para la acción

En el gusto irresistible por la gran aventura, la victoria y la acción creativa, encuentra el hombre su alegría suprema (A. S. Exupery).

Controle sus pensamientos. Recuerde que se convierte en aquello que piensa la mayor parte del tiempo. Asegúrese de pensar y hablar acerca de las cosas que quiere y no acerca de lo que no quiere. Piense positivamente y asuma toda su responsabilidad por todo lo que le sucede. Niéguese a culpar o criticar a otros. Decida progresar antes que dar excusas. Mantenga sus pensamientos y energías dirigidos hacia adelante, hacia las cosas que puede hacer para mejorar su vida, y que lo demás siga su curso.

  1. Practique la postergación creativa

Reserve tiempo para terminar tareas importantes cada día. Planifique anticipadamente su agenda diaria. Identifique los relativamente pocos trabajos pequeños que es indispensable hacer inmediatamente en la mañana. Después ocúpese directamente de las grandes tareas y no pare hasta terminarlas (B. Reports).

Practique el “pensamiento de base cero” en todos los aspectos de su vida. Pregúntese continuamente: “Si aún no estuviera haciendo esto, sabiendo lo que ahora sé, ¿lo volvería a hacer hoy?” Examine cada una de sus actividades personales y de su trabajo y evalúelas según su situación actual. Si hay algo que no empezaría hoy, sabiendo lo que ahora sabe, mejor olvídese de él o aplíquele la postergación creativa.

  1. Haga primero la tarea más difícil

Cuanto más vivo, más convencido estoy de que la gran diferencia entre los hombres, entre el débil y el poderoso, entre el grande y el insignificante, es la energía -la determinación invencible-, un propósito establecido y fijo y después la muerte o la victoria (T.F. Buxton).

Considérese como un proyecto en marcha. Dedíquese a desarrollar los hábitos de alta productividad practicándolos reiteradamente hasta que sean automáticos y le resulten fáciles. Una de las frases más poderosas que puede aprender y aplicar es: “¡Hoy mismo!” No se preocupe por cambiarse para toda la vida. Si le parece una buena idea, hágalo “hoy mismo”. Dígase: “Hoy mismo voy a planificar, preparar y empezar mi tarea más difícil antes de empezar cualquier otra”. Le sorprenderá ver cómo esto le cambia la vida.

  1. Divida la tarea

Los hábitos empiezan a formarse como un hilo invisible, pero cada vez que repetimos el acto fortalecemos la hebra, le agregamos otro filamento, hasta que se convierte en un gran cable que nos ata irrevocablemente a los pensamientos y los actos (O.S. Marden).

Aplique estas técnicas inmediatamente, Encare una tarea grande, compleja y múltiple que ha estado postergando con la ayuda de la “loncha de jamón” o el “queso suizo”. Una cualidad que comparte la gente exitosa y feliz es la orientación a la acción. Ante una buena idea actúan de inmediato para verificar si les puede ser útil. No postergue. Inténtelo hoy mismo.

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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