Artículos Cristianos – Generación de Vanguardia 2

 

Continuemos.

La generación del nuevo siglo.

Durante muchos años vivimos desfasados en el tiempo. Pero afortunadamente, hay una generación que se ha dado cuenta que nuestros jóvenes tienen toda la información que deseen al instante, gracias a Internet. El control remoto de la televisión es una extensión de sus extremidades nerviosas; si algo lo aburre, lo cambiará al instante. El nuevo milenio arrasó con la sensibilidad de nuestros hijos. Y felizmente, muchos jóvenes cristianos se están percatando de esos cambios y están obedeciendo al llamado de ponerse a la altura de las circunstancias.

Esta nueva reforma no tiene que ver necesariamente con un show, un festival, un programa de radio o televisión innovador, sino con un cambio drástico de nuestra manera de pensar, en el espíritu de nuestra mente. Hay una generación entera que está cambiando sus odres mentales para que el vino nuevo pueda ser habitáculo en su interior.Hay cientos de maneras de servir a Dios y de utilizar a plenitud nuestro potencial. Algunos serán actores y ganarán una estatuilla como «mejor película extranjera»; demostrarán que se puede hacer cine para toda la familia. Otros ganarán la copa del mundo como los mejores jugadores de fútbol de la historia, sin apelar a anabólicos ni a drogas estimulantes. Se están gestando productores de contenidos que aportarán nuevas ideas a una televisión devaluada y sin ideas. Están emergiendo excelentes políticos que administrarán los graneros del país, en lugar de tener que orar para que los presidentes corruptos se arrepientan o regalarles Biblias para que las amontonen en algún armario. En los próximos años, Dios nos regalará empresarios y gerentes de banco, que financiarán los grandes proyectos evangelísticos.Por eso hay toda una generación en preparación, que estudia y se capacita para la excelencia.Un reformador sabe que el entrenamiento es vital y determinante. Siempre le digo a los jóvenes: cuando te sorprendan las ganas de servir a Dios a «tiempo completo» y de «vivir por la fe», resiste y ponte a estudiar. Capacítate. Trabaja duro, ve por el oro, por el primer lugar. 

Una juventud de vanguardia.

Para experimentar una verdadera reforma, necesitamos genuinos locutores de radio, excelentes conductores y periodistas llenos de capacidad intelectual y unción, para que no tengamos programaciones mediocres o hermanos que solo cuentan con buenas intenciones en su haber.

Necesitamos una manera de predicar envuelta en distintos formatos para televisión; de otro modo, solo tendremos una televisión cristiana llena de predicadores que le hacen la tarea más fácil a los que quieren ver el servicio desde la sala de su hogar. 

Necesitamos, urgentemente, jóvenes que generen ideas, que disparen originalidad.

El endeudado, el pobre, el descorazonado, la mujer que se acaba de enterar que su marido le es infiel, el joven que anoche intentó suicidarse, todos ellos estarán en nuestros servicios durante horas, harán lo que les digamos, asentirán con su cabeza lo que apenas comprenden y aplaudirán todas las veces que se lo pidamos. Pero hay otro grupo de gente allá afuera. Gente que no nos entiende, aunque hagan un gran esfuerzo. Empresarios, universitarios, intelectuales… gente con poco tiempo. Hombres que dependen de la cotización de la bolsa de valores. Gente de celulares que no paran de sonar. Hombres de negocios que transitan su vida sobre cheques posdatados. Críticos de los buenos espectáculos.

Gente que cree tenerlo todo: una esposa, dos hijos, una casa, dos autos, un perro y una amante para los fines de semana. Ellos también necesitan a Cristo tanto como el drogadicto que anoche visitó el templo. Y gracias a la provisión divina, se está levantando toda una generación de adolescentes y jovencitos con las armas y la audacia necesaria para llegar a esos sectores tan singulares. Estamos a pocos pasos de ver en acción a la generación del nuevo siglo.

Por Dante Gebel

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