Artículos Pastorales – El Estrés 1

 

1. Introducción General.

A. Definición.

El término estrés fue tomado de la ingeniería por el Dr. Hans Selye, entre los años 1936-1956. Éste consideraba al estrés como una respuesta no específica del or­ganismo a toda demanda posible. La palabra estrés, en física, designa una fuerza que actúa sobre un objeto y que al rebasar una determinada medida, condu­ce a la deformación o destrucción de ese objeto o sistema.

Este término, llevándolo al campo de la vida emocional, sig­nifica que ciertos estímulos o demandas generan en el ser hu­mano un efecto o una respuesta.

Estímulo ► Hombre ► Respuesta

A lo largo de la vida vamos recibiendo en el área mental, es­piritual y física constantes estímu­los del mundo externo y del mun­do interno que actúan sobre noso­tros, que producen una serie de reacciones. Estas demandas o estímulos pueden ser de cualquier tipo, y los vamos a llamar «factores estresantes». Por ejemplo: recibimos una mala noticia (es un estímulo), nosotros reaccionamos frente a ésta con angustia, con miedo, etc. (respuestas frente al estímulo).

Las respuestas dependen del valor que tenga para nosotros este estímulo, por ejemplo: si llega una carta con una mala noticia de un familiar a quien aprecio, la respuesta va a ser de acuerdo a esa relación con esta persona; pero si la carta es de alguien con quien no poseo un vínculo afectivo, la respuesta va a ser diferente. La respuesta va a ser entonces acorde al valor que el estímulo posea para cada uno. Al ser nuestras reacciones variadas, lo que para algunos será un motivo de estrés, para otros no lo será.

Por otro lado, no es lo mismo un estímulo estresante que varios estímulos a la vez; el primero producirá una respuesta, mientras que el segundo varia. Estos factores estresantes pueden ser de varios tipos: físicos, psíqui­cos, espirituales, familiares, laborales, etc. Nombremos con más detalle algunos de estos.

 

2. Factores Estresantes.

A. Psicológicos. Entre los factores estresantes a nivel psicológico podemos mencionar: miedos, enfermedad, muerte, pesadillas, conflictos internos, etc. Entre los factores más frecuentes en los países industrializados, po­dríamos enumerar el exceso de trabajo y de responsabilidades a nivel laboral, el malestar producido por lo que uno realiza (especialmente en lo laboral, ya que en la mayoría de los casos se trabaja no de acuerdo a lo que uno desea o le gusta, sino «en el trabajo que se consigue»). Las presiones generadas por el tiempo para realizar algún trabajo, inestabilidad familiar, laboral, económica, etc.

 

B. Sociales. Dentro de este punto podemos nombrar: aumento de población, emigración, tecnología avanzada, crisis económica, problemas laborales, etc.

 

C. Espirituales. Aquí predominan las ideas de tipo ortodoxo, el fanatismo, la rigidez cultica, exigencias, conflictos con hermanos de la iglesia, etc. Fijémonos que estos estímulos o factores estresantes son de la natu­raleza más variada. En realidad, cualquier estímulo que viene del mundo externo o de nuestro propio mundo interno genera una respuesta en nosotros.

 

Existen otros estímulos estresantes como aquellos que provienen de la naturaleza: tales como la presión atmosférica, la humedad, los ruidos, el calor. Hay también estímulos químicos, como los gases, vapores, oxígenos, olores. Estímulos bioquímicos: el hambre, la sed, deficiencias en la alimentación, etc.

La respuesta a los estímulos estresantes son siempre de orden fisio­lógico actuando conjuntamente sobre lo emocional y lo espiritual. La tensión es parte de la vida, y no debe ser considerada como algo negativo, ni destructivo, sino imprescindible para vivir. A lo largo de nuestra vida los períodos de calma, tensión y crisis son una constante. La Palabra nos enseña que no debemos evitar el sufrir tensión, sino aprender a manejarla y a utilizarla en beneficio y en crecimiento de nuestras vidas.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Aconsejamiento Pastoral”

Por Bernardo Stamateas

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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