Algunas investigaciones médicas han demostrado que el placer que abarca la realización de actividades motivadoras y lúdicas, contribuyen al mejoramiento inmediato de nuestro sistema inmunológico y la activación de los poderes autocurativos del organismo.

Uno de los males típicos del siglo XXI es no dedicarle tiempo a la recreación, puesto que esto hace que aumente el estrés, la depresión y el agotamiento. En nuestro afán por escalar profesional y financieramente, hemos olvidado que el éxito también depende de nuestra capacidad para recrearnos y disfrutar del producto de nuestro trabajo.

En la mayoría de los casos, nos levantamos en la mañana para ir a un trabajo que no nos gusta, pero con el que debemos cumplir. El solo hecho de salir de casa, genera angustia y temor constantes, además del tráfico, el caos y la alta criminalidad que caracterizan muchas de nuestras ciudades.

A diario cuestionamos nuestra productividad laboral, pero nunca reflexionamos sobre la necesidad de darnos gusto a nosotros mismos. Debemos recapacitar y darle la importancia que merece este aspecto en la vida cotidiana. Estamos acostumbrados a una rutina en la que sólo tiene cabida el trabajo, dejando a un lado la diversión, que disfrutamos ocasionalmente, provocando graves consecuencias en nuestro desarrollo como personas.

Al realizar un estudio con personas de más de 100 años de edad, se encontró que quienes logran sobrepasar esta edad, no son necesariamente los que llevan una dieta balanceada, los que realizan el plan de ejercicios más riguroso, o quienes visitan al médico con mayor regularidad. Su común denominador es que son activas y están involucradas en actividades que las divierten y les producen placer.

Las caminatas matutinas, el cuidado del jardín o simplemente disfrutar en el parque de un atardecer, forman parte de su vida diaria. Son seres que ríen y lloran de alegría con gran facilidad, su sensibilidad ha hecho que disfruten de los placeres más simples de la vida.

Por ello es importante descubrir aquellos métodos de distracción que ayudan a apartar nuestra mente, nuestro cuerpo o nuestra atención, de actividades que por su intensidad, o por haber ocupado gran parte de nuestro tiempo pueden producir agotamiento mental o físico.

Las grandes multinacionales han descubierto que cuando sus ejecutivos dejan de tomar vacaciones por períodos de tiempo demasiado prolongados o cuando su trabajo intelectual no se equilibra con actividades de otra índole, su productividad, creatividad y capacidad de solucionar problemas y tomar decisiones se ve afectada negativamente.

Las actividades de esparcimiento solucionan no sólo el agotamiento laboral, sino que despejan la mente de todas las preocupaciones que en ella habitan.

Un cuerpo fuerte y una mente despierta son herramientas fundamentales para las personas de éxito. Éstas pueden ser también un vehículo afectivo para lograr un mayor acercamiento con los seres queridos, que necesitan un tiempo libre para compartir con la familia. Es preciso recordar que recrearse ofrece una fuente inagotable de alternativas para alcanzar una meta en cualquiera de las otras facetas de la vida.

Por Camilo Cruz

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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