Artículos Para Líderes – La Agenda de Reuniones de un Grupo Pequeño Exitoso 2

 

Continuemos.

El entrar a la presencia de Dios por medio de la música es una parte importante del tiempo de la adoración. Asegúrese de que todos tengan las hojas con las canciones. Esto ayuda a que:

 

Palabra: (40 minutos).

El tiempo de la Palabra es cuando Dios habla a nuestros corazones por medio de la Biblia. Hay abundantes recursos para poder preparar buenos estudios. Casi todas las editoriales denominacionales tienen muy buenos estudios bíblicos en español. Muchos grupos siguen el mismo tema y escritura del sermón del domingo. Aunque esto es lo mejor, recuerde de NO discutir el sermón. Las personas debieran interactuar con la Palabra de Dios, no con el sermón.

Si el sermón es el centro aquellos que visiten la iglesia se sentirán dejados de lado. Aunque la iglesia provea el estudio es esencial que cada líder de grupo pequeño examine la lección y la aplique a las necesidades del grupo. Inexorablemente Dios habla al grupo por medio de Su Palabra y las personas ven sus necesidades.

He visto que es efectivo levantar pedidos de oración al término del estudio. Muchas veces imponemos las manos sobre aquellos que están pasando una necesidad especial. El tiempo para el estudio de la Palabra normalmente dura unos cuarenta minutos. Me gusta dedicar unos diez de esos cuarenta minutos a orar por las necesidades específicas del grupo.

 

Obras: (15 minutos).

Esta última parte del grupo pequeño es el tiempo de Obras y ayuda al grupo a concentrarse en otros. No hay una manera única para llevarlo a cabo. La idea central de este tiempo es alcanzar con el evangelio a los de afuera. El tipo de actividad puede variar semanalmente:

  • Orar por los no cristianos que se quiere invitar.
  • Preparar un proyecto de misericordia que prácticamente comparta el amor con otros.
  • Planear para la multiplicación futura.
  • Decidir acerca de eventos próximos del grupo que sirvan para comunicarse con otros (ejemplo: cena, video, picnic, etc.).
  • Orar por familiares no creyentes.

El líder puede pedir al grupo: «Recuerden de orar por nuestra nueva multiplicación que comenzará en dos meses. Oren por Carlos, quien necesita completar el último curso de entrenamiento. Oren para que esté listo para comenzar con el nuevo grupo pequeño.»

Durante este tiempo puede promover y planear un proyecto de obra de misericordia para el alcance de los no creyentes del vecindario. Creo firmemente que los grupos pequeños son perfectamente adecuados para satisfacer las necesidades tanto de los de adentro del grupo como de los de afuera. Un grupo pequeño ofrece un manera única y efectiva para alcanzar profundamente el corazón de las personas no creyentes.

La iglesia del nuevo testamento creció y prosperó por medio del evangelismo de grupo misericordioso. Dios está llamando a su iglesia a tomar nuevamente este maravilloso método de evangelismo.

 

¿Salieron las Personas Edificadas?

Edificar simplemente quiere decir construir. Pablo dice a la iglesia de Corinto, «¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación.» (1 Corintios 14:26).

Este debe ser el principio guía del grupo pequeño. Una reunión exitosa de grupo pequeño es aquella donde todos son edificados y fortalecidos en la fe. La medida de éxito debe ser si el cuerpo de Cristo salió edificado en su fe, no si cumplió con el B.A.P.O.

El centro del grupo pequeño debe ser Jesús. Todos podrán querer tener un énfasis personal, convertir el grupo en un seminario d extensión, un concierto de adoración o un centro profético y de lenguas.

Ponga a Jesús en alto en el grupo y Él va a dar un balance delicado al grupo entre estudio, evangelismo y compañerismo. Puede ser que una semana pase más tiempo en la Palabra mientas que otra se dedique más a la adoración.

Recuerde que el B.A.P.O. no es la Biblia ni el Decálogo. Son solamente guías para ayudarle a centrarse en Jesús, hacer que todos participen y practiquen la Palabra juntos. El centrarse     en Jesús da al grupo un apropiado balance.

Por Joel Comiskey

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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