Artículos Para Líderes – Permita Que Desafíen su Manera de Pensar 2
Continuemos.
Este es uno de los principales problemas del liderazgo de América Latina. La inseguridad crea líderes «dictadores». Son tan inseguros que deben decirle a todo el mundo qué hacer, cómo pensar, cómo actuar, a dónde ir, qué no hacer, con quién casarse, con quién no casarse, cómo peinarse y cómo vestirse.
Son tan inseguros que necesitan gobernar la vida de quienes lo rodean. Sin embargo, desgraciadamente, los líderes dictadores son los que más florecen porque América Latina está muy acostumbrada a dictaduras. En la mayoría de estos liderazgos, los seguidores no quieren pensar, ellos esperan que usted piense por ellos y les diga qué hacer.
Mi propuesta es un cambio de cultura en el liderazgo cristiano. Le estoy sugiriendo que enseñemos a nuestra gente a pensar por su propia cuenta, a leer, a estudiar. Me encanta cuando uno de mis discípulos me desafía y me dice: «¿Por qué dijiste eso?». El desafío me hace pensar, y me lleva a investigar en los libros para poder brindarle una respuesta confiable. Eso es saludable.
El grupo de tareas de CanZion creció mucho en los últimos años; cerca de doscientas personas trabajan a tiempo completo en el ministerio. La cantidad de personas involucradas en el trabajo es muchas veces mayor que cientos de congregaciones. Sin embargo, no tengo que decirles: «Recuérdenlo, yo aquí soy el jefe». Al contrario, siempre les pido por favor que no me diga «jefe» sino que me llamen por mi nombre. Cuando usted sabe quién es en Cristo y reconoce de dónde proviene su autoridad, camina tranquilo.
Pero en todas las congregaciones hay algún «hermano Epifanio» que no le gustó su mensaje del domingo pasado y le hace la vida a cuadritos. Cada vez que se cruza con él siempre le tiene que decir algo, pero en esta oportunidad le reclama: «Pastor, ¿cómo se atreve a pensar y predicar esas cosas?». Pese a esa declaración usted debe permanecer tranquilo. No tiene que pelearse con el hermano Epifanio. Debe bendecirlo y continuarya que usted tiene la seguridad de haber escuchado la voz de Dios.
Algunos entran en debate con esa clase de miembros, pero esto no es necesario porque usted es el pastor. Es usted quien especialmente desarrolla un ambiente en el cual anima a sus líderes a que lo desafíen y lo hagan pensar, eso lo enriquecerá, porque su pastorado está basado en la seguridad de su llamado y su autoridad espiritual.
Saúl es un gran ejemplo de lo que es un hombre y un líder inseguro (1 Samuel 16-28). Él pudo haber tenido a David como un aliado. Pero, en su inseguridad, lo alejó, lo persiguió, quiso matarlo y destruirlo. Escuché a cientos de pastores orar diciendo: «Señor, mándame ayuda, alguien que me dé una mano con todo este trabajo». Y el Señor le mandó un hombre inspirado, con la unción de Dios sobre su vida, que al salir a las calles todas las mujeres cantan y gritan diciendo: «Saúl mató a sus miles, pero David a sus diez miles».
Esta alegría, en lugar de traer gozo a su vida al descubrir que cuenta con gente ungida en su equipo de trabajo, se transformó en el ‘patatúff. Y sus inseguridades comienzan a aflorar: «… a mí no me gusta este David», grita en su interior.
Hay pastores tan inseguros, que frente a un joven brillante que puede ayudarlos, en lugar de darle un lugar de honor, están con la lanza en su mano para ver cómo lo clavan en la pared. A lo largo de mi servicio a Dios he ministrado a más de un joven colgado en la pared, con la lanza traspasada, destruido por su mismo líder.
(CONTINÚA…)
Extracto del libro «Cómo Ejercer la Verdadera Autoridad»
Por Marcos Witt
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