Maestros de Niños – La Ayuda Pastoral 2

 

Continuemos.

¿Qué es la Ayuda Pastoral al Niño?

Para elaborar una definición adecuada a este tipo de ministerio entre los niños, relato un incidente que ocurrió en una clase de niños de 9 a 11 años de edad.

Un alumno llamado Jorge llegó a la clase un domingo con una cara «de tormenta». Se notaba por su rostro que algo lo estaba afectando profundamente. Su actitud en la clase era de desinterés total. Ade­más, los dos maestros se sorprendían al ver conductas agresivas del niño hacia sus compa­ñeros, ya que generalmente era un niño apacible y feliz. Cuando terminó la clase, uno de los maestros lo abrazó y le preguntó si podía quedarse unos minutos para charlar. Los dos maestros se sentaron a su lado y le preguntaron si le pasaba algo, porque veían que estaba molesto. El niño reaccionó en una forma inesperada. Escondiendo su rostro entre sus bra­zos, se largó a llorar amargamente. Cuando pudo contenerse, les contó de algo que le había dicho la hermana mayor en camino a la iglesia que lo había herido profundamente. Le había dicho que no era hijo real de sus padres, que era adoptado. Los maestros escucharon con atención, comentaron que lo que había dicho la hermana era totalmente equivocado, porque ellos conocían bien a la familia, y le preguntaron si quería que ellos hablasen con sus padres y su hermana. El niño respondió enérgicamente que no, se calmó de su llanto y les sonrió. «Ahora estoy bien» les dijo secándose las lágrimas. Los maestros oraron por él y lo despi­dieron viendo a un niño transformado.

 

Una Presencia que Acompaña.

Este pequeño incidente ilustra la esencia de lo que entiendo es la ayuda pastoral al niño.

Todo niño interpreta sus vivencias emocionales en forma exagerada. El niño del incidente que relaté no se puso a analizar por qué su hermana le dijo esas palabras. No entendía que lo hizo por celos, o simplemente por molestarlo. El niño tomó las palabras con toda la fuerza de su impacto y las transformó en conductas. Su transparencia hizo imposible esconder sus sentimientos. Pero, dichosamente, los maestros supieron interpretar las transformaciones de conducta del niño como señal de algún problema aún no verbalizado.

La ayuda pastoral se puede definir como la disposición de interesarnos lo suficiente en la vida del niño como para entender las áreas de necesidad en su vida y encontrar maneras de ayudarlo. Podemos agregar a eso la disposición de jugarnos por él para brindarle ayuda como la que el Señor mismo le ofrecería, es decir, una o todas las actitudes expresadas por las siguientes pala­bras: consuelo, apoyo, protección, compañía, bendición, guía, afirmación y esperanza. Es decir, brindarle los maravillosos aportes que se describen en el Salmo 23.

Quiero ser clara: ayuda pastoral no es tanto resolverle los problemas que le trae la vida al niño, sino el fortalecerlo de diferentes maneras para enfrentar esos problemas. En el caso de Jorge, el sentirse escuchado y afirmado por sus maestros, además de recibir el consuelo espiritual de sus oraciones, era suficiente para que él saliera de allí fortalecido en cuanto a su identidad y ayudado para hacer frente a la relación con su hermana.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Más Que Maestros”

Por Betty S. de Constance

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