Enseñanza Aprendizaje – La Enseñanza Por Medio De Preguntas 2

 

Continuemos.

2. Preguntas Para Dirigir el Estudio de la Biblia.

Hay dos clases principales de preguntas para dirigir el Estudio de la Biblia.

A. Preguntas Que Hacen Recordar.

Antes que nada, estas preguntas deben ser claras y bien definidas. El alumno ha de saber a ciencia cierta qué es lo que se espera de él. Si la pregunta es vaga o imprecisa, es muy probable que se encuentre usted en la misma situación que un maestro colega en una iglesia. Relató a su clase de muchachos de 9 a 11 años la historia de Moisés y la zarza ardiendo desde la cual habló Dios. Luego, para ver si los chicos habían comprendido bien, hizo la siguiente pregunta: «Pepe, ¿qué salió de la zarza ardiendo?»

El chico levantó los ojos hacia el techo del cuarto como tratando de recordar. Después, como quien encuentra lo buscado, respondió en voz alta: «¡Humo!»

Si nuestro colega maestro le hubiese preguntado: «¿Quién habló a Moisés desde la zarza?», la pregunta habría sido muy definida y le habría sugerido a Pepe que debía buscar la respuesta entre los hechos relatados durante la clase y no en su propia experiencia.

Una vez que ha pensado en una pregunta, reflexione sobre la mejor manera de expresarla. Generalmente es mejor pensar en las preguntas antes de ir a la clase, escribirlas, analizarlas y hacérselas a uno mismo para asegurarse de su precisión. Por ejemplo, piense en estas preguntas usadas para una clase en el estudio de Génesis 11 y 12. «De acuerdo con Gn.11:26, ¿quién fue el padre de Abraham? ¿Quiénes fueron sus hermanos? ¿Puede usted encontrar el nombre de la esposa de Abraham en este pasaje? ¿A dónde fue la familia después que salió de Ur?»

¿Qué le hacen pensar a usted estas preguntas? ¿Son interesantes? ¿Desafían el intelecto? ¿Apelan a su curiosidad? Difícilmente. Son demasiado simples. Solamente hay que buscar en el texto y encontrar las palabras correctas. Son preguntas que no hacen recordar y tampoco guían.

 

B. Preguntas Directivas.

Es el tipo de preguntas que llevan al alumno a hacer uso de los recursos que tiene a su alcance. Este método a veces le ayuda a descubrir que «ya sabe lo que no sabía». Simultáneamente ofrece la experiencia en el arte de razonar.

La maestra solicitó de Joaquín que leyera en voz alta Éxodo 17. Al llegar al versículo 11 leyó: «Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía…». Dejó de leer y preguntó: «¿Qué significa prevalecer?» La maestra pensó un momento. Luego, en lugar de explicarle, le indicó: «Sigue leyendo Joaquín, posiblemente el resto de la historia nos ayude a saber el significado de esa palabra».

Efectivamente. Al llegar al versículo 13, Joaquín leyó: «Y Josué deshizo a Amalec». Joaquín descubrió que en este pasaje prevalecer significaba ganar.

No siempre será así para encontrar el significado de todas las palabras de la Biblia. A veces debemos remitir al alumno al uso de un diccionario. Otras veces será necesario dirigir al alumno al uso de una concordancia. Por supuesto, una concordancia no nos dice exactamente el significado de las palabras. Sin embargo, nos da algunos sinónimos y nos dice en qué otros pasajes bíblicos se encuentra la misma palabra. Al buscar otros versículos en que se usa la palabra, el alumno frecuentemente encuentra más información.

Uno de los factores que debe tomar muy en cuenta, al usar esta clase de preguntas, es el tiempo de que dispone para un período de clase. Conviene que cada pregunta pueda ser respondida e integrada al resto del estudio. Si esto no se produce, quedará una sensación de frustración en los alumnos.

A las preguntas directivas también se les denomina «directoras de investigación» y una variante es el «estudio dirigido».

Margarita era maestra de una clase de mujeres jóvenes casadas. El tema de estudio era sobre la adoración. Margarita pidió a las mujeres que estudiaran Isaías 6 tomando en cuenta las experiencias de adoración poco comunes del profeta. Las mujeres trabajaron en equipos de tres. Margarita puso delante de cada grupo varios comentarios sobre Isaías.

Después de veinte minutos les pidió que informaran lo que habían encontrado. Mientras los grupos informaban ella fue anotando en el pizarrón la información básica. Después, con la participación de todas respondieron a la pregunta: ¿Cuáles son los cinco elementos de una experiencia de adoración?

Cuando concluyeron esta parte, Margarita preguntó: «¿Podríamos elaborar un programa para un servicio de adoración incluyendo lecturas bíblicas, himnos y otros factores para cubrir los cinco elementos ya mencionados?»

Como se habrá dado cuenta, este tipo de preguntas directivas conduce a los alumnos a ponerse cara a cara con las Escrituras. Les enseña a usar por sí mismos otras fuentes de información y sobre todo a pensar y elaborar sus propias conclusiones. ¿Acaso no es este uno de los grandes propósitos del programa de enseñanza bíblica de nuestra iglesia?

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Ideas Prácticas Para Maestros y Obreros”

Por Autores Varios

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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