Las verdades aprendidas de la palabra de Dios nos enseñan que los niños pueden estar influen­ciados por los demonios. Lo vemos con el niño epilép­tico y la hija de la mujer sirofenisa. Recordemos que los niños no son capaces de buscar ayuda por sí mismos; por lo tanto, es responsabilidad de los padres, como cabeza del hogar, buscar la liberación para ellos. ¿Pueden los niños estar influen­ciados por demonios? La respuesta es… sí.

«Al día siguiente, cuando descendieron del monte, una gran multitud les salió al encuentro. Y he aquí, un hombre de la multitud clamó, diciendo: Maestro, ruego que veas a mi hijo, pues es el único que tengo; y sucede que un espíritu le toma, y de repente da voces, y le sacude con violencia, y le hace echar espuma, y estropeándole, a duras penas se aparta de él. Y rogué a tus discípulos que le echasen fuera, y no pudieron. Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros, y os he de soportar? Trae acá a tu hijo. Y mientras se acercaba el muchacho, el demonio le derribó y le sacudió con violencia; pero Jesús reprendió al espíritu inmundo, y sanó al muchacho, y se lo devolvió a su padre» (Lucas 9.37-42).

«Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón; y entrando en una casa, no quiso que nadie lo supiese; pero no pudo esconderse. Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se postró a sus pies. La mujer era griega, y sirofenisa de nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio. Pero Jesús le dijo: Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos. Respondió ella y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos; Entonces le dijo: Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija. Y cuando llegó ella a su casa, halló que el demonio había salido, y a la hija acostada en la cama» (Marcos 7.24-30).

La Liberación No Sustituye:

  • El amor que un niño necesita.
  • Un hogar estable.
  • Corrección, adiestramiento y disciplina apropiada.
  • Protección, cuidado, afecto, ternura, aceptación y seguridad.

Es importante saber que los padres pueden y deben ministrar liberación a sus hijos porque son su cober­tura espiritual y tienen autoridad sobre ellos.

¿Cómo ministrar a los niños de acuerdo a la edad?

Desde el nacimiento hasta los 4 años de edad, no es necesario darles alguna explicación acerca de la ministración, debido a que los demonios no están envueltos en la voluntad del niño.

De los 4 a los 6 años de edad, se le da una pequeña y simple explicación al niño.

De los 6 a los 12 años, su voluntad está envuelta y su cooperación es requerida. Se le ministra de la misma manera que a un adulto, excepto que se deben usar palabras simples para que el niño pueda entender.

A los niños, se les debe ministrar calmada y tranquilamente. Se debe distinguir entre el niño y el demonio, tratando firmemente al demonio, pero siendo compasivo con el niño. Cuando esté minis­trándolo, procure no distraerse, porque llore o busque su consuelo; manténgalo quieto. No se debe gritar, pues podría asustarlo.

Algunas Formas de Opresión Satánica Sobre los Niños.

A. Ataduras. El enemigo les impide hacer lo correcto, como decir: «lo siento» cuando ellos saben que han hecho algo incorrecto; perdonar a otros, ser honestos, obedientes, respetuosos y diligentes.

B. Dominaciones. El enemigo les hace hacer cosas que ellos saben que son incorrectas, y no quieren hacer. Por ejemplo: airarse, ser testarudos, deso­bedientes, engañosos, tener actos lascivos y otros.

C. Opresiones. A menudo, Satanás molesta a los niños por medio de una variedad de temores. Él también los hace estar ansiosos por razones no aparentes, causando que ellos se opongan a las cosas espirituales.

D. Aflicciones. Los niños quizá podrían experimen­tar una serie de contratiempos y accidentes, sufrir de enfermedades repetidamente o de alergias de todo tipo.

E. Los padres traen opresión a sus hijos. La mayoría de los padres pasan por alto la posibilidad de que ellos pueden ser la causa básica de los problemas de sus hijos. Los padres necesitan ser libres de sus propios problemas antes de ministrar liberación a sus hijos. La liberación de los niños puede comen­zar con los padres, buscando éstos libertad en Cristo de opresiones demoníacas.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Sanidad Interior y Liberación”

Por Guillermo Maldonado

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

4 Comentarios

    • Hola Nelson. ¡¡Bienvenido!! Te recomiendo que busques en alguna librería cristiana libros especializados. Bendiciones!!!

  1. me gusta pues algunos somos padres recien convertidos a Cristo y quizas somos ignorantes de este tema tan importante que nos puede facilitar una mejor relacion con nuestros hijos

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