Devocional Navideño – ¿Por qué Había de Hacerse Hombre, Dios?

 

¿Cómo podemos comprender nosotros, seres humanos finitos, al Dios infinito?

Sería difícil para cualquiera comprender abstracciones como la ver­dad, la bondad o la hermosura, aparte de los ejemplos visibles que conocemos. Pero ¿qué dire­mos de Dios? ¿Cómo podría alguien llegar a comprender qué es Dios?

Podríamos hasta cierto punto si de alguna manera Dios se centrara en una forma que los seres humanos pudieran entender: siendo otro ser humano. Aunque este hombre en toda su vida no podría expresar la eternidad y la omnipresencia de Dios (no habría ni tiempo ni espacio para ello), este hombre podría expresar visiblemente la natu­raleza de Dios.

Éste es el mensaje del Nuevo Testamento. Pablo dijo que en Cristo toda la plenitud de la divinidad habita en forma corporal (Colosenses 2:9). Jesús se hizo hombre para que los hombres pudieran tener alguna comprensión del Dios infinito.

Una segunda razón por la que Dios quiso hacerse hombre fue extender un puente en el abis­mo entre Dios y la humanidad. Si Jesús hubiera sido «sólo» un hombre o un ser creado, entonces la inmensidad del vacío entre Dios y la humanidad -lo infinito y lo finito, el Creador y lo creado, el Santo y los no santos- habrían persistido. Para que nosotros podamos conocer a Dios, Dios tiene que descender a nosotros.

Ningún ser creado po­dría haber tendido un puente en la brecha gigan­tesca entre Dios y los seres humanos, como no puede un pedazo de arcilla aspirar a entender y alcanzar el nivel del escultor. Por amor, Dios dio este paso hacia nosotros. Quiso abrir un camino para que todos pudieran acudir a Él y conocerle.

Extracto del libro «Jesús, Una defensa Bíblica de la Deidad de Cristo»

Por Josh McDowell

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