Devocionales Diarios – Anulando el Ruido Molesto

 

Trabajamos en un mundo ruidoso, una competencia cacofónica de mensajes y anuncios obnubiladores. Tonos de llamada de los celulares que nos alertan de llamadas entrantes y mensajes de texto. Las computadoras emiten una señal audible para anunciar la llegada de nuevo correo. Reproductores iPods y MP3 nos dan una serenata con nuestras melodías favoritas. Las TV y radios emiten, no solamente música, sino un alud incesante de palabras. 

Los diferentes tipos de ruido pueden inhibir una comunicación eficaz, tanto en uno a uno como por grupos de diversos tamaños. Por ejemplo, algo que se cae súbitamente fuera del sitio de reunión, puede interrumpir una discusión. Sirenas, tráfico y ruidos de la construcción en la calle pueden causar distracción. Incluso una silla chirriante en el cuarto de juntas puede perturbar el flujo apropiado de palabras e ideas. 

Hay otros tipos de «ruidos» que pueden afectar adversamente la forma en que llevamos a cabo nuestros trabajos. Los miedos y preocupaciones tienden sacar a los demás pensamientos. La tensión y presiones de trabajo pueden disminuir un pensamiento innovador. Celos, enojo, amargura y envidia crean «ruido» en nuestras mentes y nos impiden pensar y dar lo mejor.  

Aunque a veces nos sentimos agobiados por el clamor de todo este ruido – externo e interno – al mismo tiempo nos estamos acostumbrando a él. Al entrar en un cuarto silencioso nos sentimos tentados a encontrar algo, con lo que podamos dispersar el silencio. El ruido puede ser una molestia, pero nos hemos olvidado de cómo podemos apreciar una vida sin él. La quietud y descanso no son ninguna gran calidad de vida hacia la que nos sintamos arrastrados. 

Esto es infortunado, porque a veces, en medio de la calma y el sosiego podemos ser más creativos. Ideas y visiones necesitan de tiempo para tomar formar, madurar y nacer. Podemos ir a través y podemos separar lo importante de lo irrelevante, e incluso elevarlo por encima de lo mundano.

La Biblia nos habla de las virtudes de retirarnos intencionalmente del ruido circundante para pensar, meditar, para reflexionar y recargar nuestra reserva mental y nuestras baterías emocionales y espirituales. 

 

1. Escapar del ruido nos permite reconsiderar nuestras prioridades.

¿Por qué estamos aquí? ¿Por qué estamos haciendo lo que estamos haciendo? Éstas son preguntas sinceras que revisan nuestros motivos internos, pero que difícilmente las consideramos o contestamos apropiadamente en medio de los ajetreos y tumultos diarios. «Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios» (Salmo 46:10). 

 

2. Escapar del ruido nos da la oportunidad de recibir sabiduría divina.

Al buscar dirección o soluciones a los problemas difíciles, no hay ninguna fuente mejor por mucho que la visión de Dios. «Guarda silencio ante el Señor, y espera en él con paciencia…. pero el Señor no los dejará caer en sus manos ni permitirá que los condenen en el juicio» (Salmo 37:7, 34). 

 

3. Escapar del ruido nos permite reflexionar en los principios comprobados para tener éxito.

Como el Diseñador Maestro, Dios ha establecido principios para la vida y el trabajo que se han demostrado a través de los siglos. Necesitamos volverlos a revisarlos más a menudo. «Releerás constantemente este libro de la Ley. Lo meditarás día y noche para que actúes en todo según lo que allí está escrito: de ese modo llevarás a cabo tus proyectos y tendrás éxito» (Josué 1:8). 

 

4. Escapar del ruido nos da tiempo para reafirmar nuestras convicciones.

Quizás muchas de las decisiones inmorales, escandalosas de los altos líderes podrían prevenirse si tan sólo ellos se hubiesen tomado un tiempo para retirarse y revisar el impacto y alcance de sus acciones. «Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil» (Mateo 26:41).

Enviado por el Pastor Juan Herrera

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2 Comentarios

  1. Hola Oscar. ¡¡Bienvenido!! Gracias a vos por compartir y dejarte ministrar por la Palabra de Dios. ¡¡Bendiciones!!

  2. Gracias Pastor por el mensaje de Dios. Constantemente estamos cayendo en errores debido a que nos dejamos llevar por el ¨ruido¨ en nuestras mentes y en nuestro alrededor, y nos olvidamos de la permanente presencia de Dios en nuestras vidas. En momentos de adoración nos dejamos llevar por nuestros pensamientos o llevamos nuestros ojos a lo que está pasando en el servicio, y Dios donde queda?. Es fácil dejar de aprovechar el tiempo que Dios más anhela de nosotros… de rendirnos con el corazón en adoración a El y glorificarlo y honrarlo por lo que hace en cada área de nuestras vidas.

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