Devocional – Bendiciones Poderosas 2
Pasaje clave: Efesios 1:3.
Un nuevo y poderoso pack de bendiciones:
¡Justificados! (Romanos 3:10). Dios es perfecto, por lo tanto su justicia es completamente perfecta. Y para que alguien sea considerado justo es necesario que sea tan justo como Dios. ¡Pero esto es humanamente imposible!
Justificación significa «declarar justo, sin culpas ni condenas, al culpable”, y esto sólo es posible por medio de Jesús (Ro.3:24, 28), porque Él ocupo nuestro lugar, fue nuestro sustituto.
Por la fe en Jesús, Dios nos declaró libres de toda culpa y condenación. Somos hechos justos.
Entiende. No es por tus «buenas obras”, ni por tu buena conducta, ni por pertenecer a determinada religión, ni por ser un buen tipo, ni por tus fantásticos logros, sino únicamente por la fe en Él. Dios mira a Cristo en tu vida y dice: “Eres justo”.
Y al ser justificados obtenemos la paz con Dios (Romanos 5:1). Nunca más seremos culpables, nunca más seremos condenados. Estamos en paz.
¡Santificados! (1º Corintios 1:2, 6:11). Por medio de Jesús somos santificados por Dios. El pecado mata, pero también ensucia, corrompe, afea, envejece. Santificados significa que fuimos perdonados, apartados y consagrados para Dios. Ya no pertenecemos más al sistema mundo, ni al pecado, ni a Satanás. Ahora somos del Señor. La santidad nos rejuvenece, nos protege y libera lo mejor de nosotros.
Piénsalo.
¿Entiendes que ahora eres justo y santo?
¿Entonces qué esperas para declararle tu amor al Señor: “Te amo Señor. Antes era sucio por las cosas que me corrompían y me sentía culpable por todo, pero me limpiaste, me declaraste justo y ahora soy santo, estoy vivo y lleno de tu vida”.
Por Edgardo Tosoni