Devocional Diario – CADA ETAPA ES MARAVILLOSA SI SE VIVE CON FE

Devocionales Cristianos – Cada Etapa es Maravillosa si se Vive con Fe

Dios es un Dios que mide el tiempo de una manera diferente a como lo  medimos nosotros. El tiempo de Dios es la eter­nidad y Él no divide el tiempo como nosotros lo hacemos. Nosotros tenemos semanas, meses, años, horas, estaciones del año; mañanas, tardes y noches. Pero en el tiempo en que Dios se mueve no hay pasado, presen­te o futuro, para Dios todo es Eterno.

Dios vive en la dimensión de la eternidad, y todas sus promesas no viven en nuestro tiempo, sino en la eternidad. Cuando Dios decreta una Palabra para tu vida, lo hace para la eternidad. Cuando tu tiempo se une al tiempo de Dios esa promesa se hace realidad en tu vida. Tal vez haya cosas que hoy no ves pero ellas están en la eternidad de Dios, y cuando tu tiempo se junte con la eternidad de Dios, con el momento y el tiempo justo del Señor, se va a cumplir.

Por eso es que no hay una etapa de la vida mejor que otra, cada etapa tiene sus encantos: ser adolescente, ser joven, ser niño, ser adulto, ser anciano. Sólo tenemos que descubrir las bendi­ciones de cada etapa y disfrutarlas. Por eso, no quieras volver a la etapa anterior, sino pensá que en el lugar y en la etapa en la que estás podés bendecirla y en­riquecer así tu tiempo cronológico.

“Quitá las cosas viejas para que puedas entrar en la bendición”. Todo lo que quieras que te ocurra mientras estás vivo, tiene su hora, no decaigas, no desmayes, soltá fe. Las promesas de Dios que en algún momento recibiste en tu vida, para Dios son Sí y Amén.

Eso significa que cuando Dios te promete algo, Él lo sella y te dice: “Esto que te prometí, es sí o sí. Pase lo que pase, mi pro­mesa la vas a ver cumplida en tu vida”. Todo lo que El te pro­mete, lo cumple; no te va a mentir.

Apoc. 1:18 “Yo vivo por los siglos de los siglos”.

Heb. 13:8 “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos”.

Dios es el mismo siempre, Él sabe dónde estuvimos, dónde es­tamos y dónde estaremos.

Decía David: “En tus manos están mis tiempos”. “Señor, la verdad que no sé lo que pasará en el futuro, no sé que va a pasar hoy a la noche, Señor en tu mano están mis tiempos”.

Josué y Caleb fueron los únicos que creyeron en la promesa de Dios y a pesar de caminar por 40 años por el desierto ellos tenían en su poder la promesa de Dios y se decían a sí mis­mos: “Si Dios me lo prometió, Dios lo dará porque todo tiene su tiempo, todo lo que desee tiene su tiempo”. Y dice la Palabra que pasaron cuarenta años en el desierto, hasta que un día Dios les dijo: ¡AHORA! Y entraron en la Tierra Prometida.

Va a llegar el día y la hora de Dios para tu vida. Va a llegar el momento en el que el Señor te va a decir, “se terminó el tiempo de espera, ahora entrá a tomar lo que te prometí”; y ese ahora de Dios va a llegar cuando tu tiempo se junte con la eternidad de Dios. Y te vas a levantar una mañana y la palabra de sanidad que Dios declaró sobre tu vida estará hecha en tu cuerpo; y vas a decir “Estoy totalmente sano, lo que Dios me prometió Dios lo cumplió”.

Te vas a levantar una mañana y vas a verte próspero, lo que Dios te prometió, lo cumplió. Te vas a levantar una mañana y te vas a levantar en una casa nueva, y no vas a tomar más el colectivo, vas a ir en tu propio auto y vas a ir manejando, porque lo que Dios determina te lo da. Enriquecé tu presente hablando palabras de fe. Hablá bendición sobre tu presente, hablá fe sobre tu vida; ale­jate de la gente criticona, chismosa y negativa.

David venció a Goliat, no con la piedra, sino cuando le dijo en fe: “Yo vengo a ti en el nombre de Jehová”. Goliat ya había muerto en el mundo espiritual. Por eso, si querés lograr cosas grandes tenés que aprender a confesar bendición y fe sobre tu presente. Declará: “Soy la persona más maravillosa de la tierra, voy de gloria en gloria, no anhelo lo que se fue sino lo que viene, porque lo que viene Dios me dice que será más grande que lo que pasó. Estoy viviendo el mejor momento de mi vida, hablo bendición sobre mi pre­sente”.

Extracto del libro “60 Principios de Fe”

Por Bernardo Stamateas