Devocionales Cristianos – Cañas Cascadas y Pábilos Humeantes
Pasaje clave: La caña cascada no quebrará, y el pábilo que humea no apagará (Mateo 12.20).
¿Existe alguna cosa más frágil que una caña cascada? Observe la caña cascada a la orilla del agua. Lo que una vez fue un alto tallo de fuerte hierba de río está ahora inclinado y doblado.
¿Es usted una caña cascada? ¿Ha pasado tanto tiempo desde que se erguía alto y orgulloso? Se levantaba tan recto y fuerte, nutrido por las aguas, habiendo echado raíces en el lecho del río de la confianza.
Luego sucedió algo. Usted fue cascado…
Por las palabras ásperas.
Por el enojo de un amigo.
Por la traición de su cónyuge.
Por su propio fracaso.
Por la rigidez de la religión.
Y usted fue herido, doblado apenas. Su caña hueca, antes erguida, ahora se inclina y esconde entre los juncos.
¿Y el pábilo humeante en la vela? ¿Existe algo más cercano a la muerte que un pábilo humeante? Lo que antes ardía ahora se debilita y falla. Aún permanece la tibieza de la pasión del ayer, pero no hay fuego. El frío aún no se impone pero el calor está lejos. ¿Tanto tiempo ha pasado desde que usted ardía de fe? ¿Recuerda cómo iluminaba la senda?
Luego vino el viento. El viento frío, el viento duro. Dijeron que sus ideas eran necias. Le dijeron que sus sueños eran demasiado elevados. Lo regañaron por desafiar lo establecido.
El viento constante se abatió sobre usted. Se mantuvo fuerte por un momento (o tal vez por toda una vida), pero la ráfaga interminable sacudió su llama vacilante, dejándolo a un paso de la oscuridad.
La caña cascada y el pábilo humeante. La sociedad sabe qué hacer con ustedes. El mundo tiene un sitio para los golpeados. El mundo los quebrará; el mundo los apagará.
Pero los artistas de las Escrituras proclaman que Dios no lo hará. Pintado sobre una tela tras otra está el tierno toque de un Creador que tiene un lugar especial para los lastimados y cansados del mundo. Un Dios que es el amigo del corazón herido. Un Dios que se encarga de velar por sus sueños. Ese es el tema del Nuevo Testamento.
La caña cascada…
Estaba de pie con seguridad.
La cabeza erguida sobre el tallo firme.
Pero eso fue antes del golpe descuidado, la inclemente lluvia.
Ahora está cascada, doblada. Debilitada.
Busca dedos delicados que enderecen y no quiebren.
Necesita un toque firme que sane y no lastime.
Tierno poder.
Delicada fuerza.
Extracto del libro “Todavía Remueve Piedras”
Por Max Lucado
Muy agradecida con Dios y con ustedes por sus mensajes pero algunos son tan valiosos que quisiera guardarlos o reenviarlos pero no he podido. Es posible? Bendiciones
Hola Dora. ¡¡Bienvenida!! Mira, realmente no sé. Tal vez sea un impedimento técnico. Lo que podés hacer es copiar el contenido (incluyendo fuente y autor), pegarlo en un nuevo mail y reenviárselos a tus contactos y amigos. Bendiciones!!!