Devocional – El Bautismo
Pasaje clave: Mateo 28:19-20.
Muchos se bautizan pero no terminan de entender qué es lo que están haciendo y para qué les sirve realmente. Déjame explicártelo brevemente.
La palabra bautismo significa «sumergir». Ser bautizado es ser totalmente sumergidos en agua (Mateo 3:16).
Pero el bautismo no es para todos. Hay dos requisitos muy importantes que tienes que tener bien en claro:
¿Has creído en Jesús y le has recibido como tú Salvador y Señor? (Hechos 2:40-41).
¿Estás dispuesto a obedecer el mandato del Señor Jesús de que todos los que creen en Él deben bautizarse? (Mateo 28:19-20).
Por eso no bautizamos ni a bebes ni a niños pequeños, porque ellos no pueden responder a ninguna de estas preguntas. Y como el bautismo es una decisión individual y personal sus padres no pueden responder por ellos.
El bautismo no me completa, ya estoy completo en Cristo.
El bautismo no me hace un mejor padre ni un mejor hijo. Seré mejor por las decisiones que tome.
El bautismo no me hace una mejor persona, pero Cristo sí puede y quiere hacerlo.
El bautismo es mi identificación con la muerte y la resurrección de Jesús. “Muero al pecado y muero a vivir como se me da la gana, pero simbólicamente resucito y ahora vivo para Dios, para hacer su voluntad y ser lo que Él quiere que sea”.
El bautismo es mi testimonio público de que seguiré y amaré a Jesús cada día de mi vida.
El bautismo es mi testimonio público de que seré parte de la iglesia para bendecirla y extender el Reino de Dios en todo lugar.
Piénsalo.
¿Te has bautizado? ¿Entendías lo que hacías?
Si aún no lo hiciste, ¿qué te impide jugártela por el Señor y bautizarte como testimonio público de tu amor por Él?
Por Edgardo Tosoni