«Así dice Jehová, Creador tuyo, de Judá, y Formador tuyo, No temas, porque yo te redimí, te puse nombre, mío eres tú» (Isaías 43:1)
Ser Auténtico.
Si querés vivir sin cargas, sé quién sos. Sacate las máscaras, dejá de cumplir el papel que te metieron, el guión que te impusieron, dejá de mostrar o demostrar lo que no sos o lo que no tenés, o lo que no estudiaste. Sé quién sos, porque cuando te pones una máscara ocultás lo más hermoso que tenés que es a vos mismo.
Hay gente que se pone la máscara de santurrón, de súper espiritual.
Un cuento de Khalil Gibran relata que había un hombre que siempre tenía puestas máscaras y un día entraron unos ladrones a su casa y se las robaron. El hombre salió corriendo y gritando: «Ladrones, me habéis robado; ladrones, devolved mis máscaras». Y los ladrones se fueron por un edificio, corriendo y el hombre gritando: «Ladrones, malditos ladrones». El hombre miró para arriba del edificio. Mientras veía escapar a los ladrones, los rayos del sol por primera vez tocaron el rostro de este hombre que también por primera vez no tenía una máscara puesta; y el sol tibio comenzó a calentarlo y sintió algo que nunca había experimentado y mientras seguía corriendo comenzó a decir: «Benditos ladrones que habéis robado mis máscaras».
Bendito Dios que quemaste mis máscaras, bendita iglesia que me quema las máscaras para experimentar el sol de la Presencia del Señor.
Sé autentico, no tenés que demostrarle nada a nadie, no tenés que aparentar, sé quien sos aunque la gente te critique.
Cuando yo estudié me dijeron que para predicar tenía que impostar la voz, o sea ser hipócrita. Eso no está bien, tenés que ser quien sos.
David cuando llevaba el Arca de la Presencia de Dios comenzó a bailar y el efod, o sea el vestido sacerdotal, se le cayó, porque a Dios le gusta intimar con gente sin máscaras. En ese símbolo, cuando se le cayó el vestido, David estaba diciendo: «Señor, vengo delante de ti como soy». Es mejor esa gente que te dice: «Pastor, me peleé con Dios», porque a Dios le gusta la gente sincera. Es mejor que le expreses lo que sientas a que digas: «Aleluya, tú sabes todas las cosas» y por dentro te venga una úlcera que te termine matando.
Mostrate como sos en el Señor, por eso Jesús dijo: «Niégate a tí mismo».
Durante años los cristianos entendimos que ese pasaje era negarse a lo bueno, pero ahora entendimos que es negarse a lo malo: Cuando te descalifiques, «me niego a mí mismo», cuando te rechaces, «me niego al rechazo», «me niego a lo malo que hay en mí y acepto lo bueno». Tenés que mostrar la grandeza de Dios que está dentro tuyo y mostrar tus errores también.
SÉ QUIEN SOS, PORQUE CUANDO TE PONÉS UNA MÁSCARA, OCULTÁS LO MÁS HERMOSO QUE TENÉS: VOS MISMO.
Extracto del libro “Mentalidad de Avivamiento”
Por Bernardo Stamateas