Devocionales Cristianos – En el Lenguaje de Dios, Fracasar no es Equivocarse, es no Tener Fe

 

En el lenguaje de Dios, victoria es tener fe. Por eso, no im­porta el problema que tengas, la circunstancia que estés pa­sando, tu victoria no depende de las circunstancias, de si tenés recursos o no, sino de si sos una persona de fe o no.

Por eso, lo primero que tenés que buscar es la victoria, que es fe. Cuando tenés fe estás feliz porque tenés la victoria, porque sa­bés que “Ningún arma forjada contra ti prosperará”, que “Pa­sarás por el valle de la sombra de la muerte y el Señor estará contigo”, “y que el bien y la misericordia te alcanzarán a donde vayas”.

Cada fracaso, cada error o dificultad, cada situación inesperada por la que atravesemos podrá ser una derrota o un trampolín hacia un nuevo nivel de fe, de expectativa y de conquista. El fracaso y el error no dependen ni de las circunstancias ni de los hechos transcurridos, sino de la manera en que te pares delante de ellos y los evalúes.

Tu capacidad es ilimitada, como lo es tu Creador. No hay fra­casos que con fe no puedan ser revertidos.

Crecé con cada oportunidad, sea buena o no, pero no te de­tengas. El error no es una condena, sino una nueva oportuni­dad para alcanzar todo aquello que te propongas. Fracaso es no conquistar tu sueño, tu visión. Fracaso es no poder transformar ese error cometido.

Buscá, generá y pe­dile a Dios ideas de oro.

¿Qué son las ideas de oro?

Son aquellas ideas inspiradas de Dios para que tengas resultados, ideas brillantes que vienen del trono de Dios para resolver un problema personal, laboral, económico o espiritual, para revertir un error o un fracaso. Ideas que Dios te da para que triunfes, para que te llenes de fe, porque la voluntad de Dios es que todo lo que hagas prospere y te salga bien.

Son ideas que te sacarán las culpas y las cargas, te lle­varán a la libertad y te promocionarán a un nuevo nivel de con­quista y de fe en todas las cosas.

Son ideas que te hacen tener más fruto, más paz, más victoria.

Dios es una fuente de ideas de oro, y nosotros somos una vasija que con una idea de oro que tengamos de parte de Él, el fracaso será sólo un recuerdo.

Gütemberg: asoció la prensa de vino y una máquina y descu­brió la imprenta.

Newton: pensó en los movimientos y la caída de una manzana y descubrió la ley de gravedad.

Salvador Dalí: unió los sueños y el arte y creó el surrealismo.

Alguien asoció el fuego con la comida, e inventó la cocina.

Muchos se quejan y desean lo que otros tienen, pero no todos están dispuestos a pagar el precio. El tema no es fracasar o no fracasar, sino que no abandonemos con facilidad.

Sé constante, perseverante.  Un pez no se cansa de nadar; un conquistador no se cansa de conquistar; fuimos creados para dominar, para conquistar y todo, todo, todo lo que haga prosperará.

…Imposible atravesar la vida… sin que un trabajo salga mal hecho, sin que una amistad cause decepción, sin padecer algún quebranto de salud, sin que un amor nos abandone, sin que nadie de la familia fallezca, sin equivocarse en un negocio. Ese es el costo de vivir.

Sin embargo lo importante no es lo que suceda, sino, cómo se reaccio­na.

Si te pones a coleccionar heridas eternamente sangrantes, vivirás como un pájaro herido incapaz de volver a volar.

Uno crece…

Uno crece cuando no hay vacío de esperanza, ni debilitamiento de voluntad, ni pérdida de fe.

Uno crece cuando acepta la realidad y tiene aplomo de vivirla.

Cuando acepta su destino, pero tiene la voluntad de trabajar para cambiarlo.

Uno crece asimilando lo que deja por detrás, construyendo lo que tie­ne por delante y proyectando lo que puede ser el porvenir.

Crece cuando se supera, se valora y sabe dar frutos.

Uno crece cuando abre camino dejando huellas, asimila experiencias… ¡Y siembra raíces!

Uno crece cuando se impone metas, sin importarle comentarios ne­gativos, ni prejuicios, cuando da ejemplos, sin importarle burlas, ni desdenes, cuando cumple con su labor.

Uno crece cuando se es fuerte por carácter, sostenido por formación, sensible por temperamento… ¡Y humano por nacimiento!

Uno crece cuando enfrenta el invierno aunque pierda las hojas, recoge flores aunque tengan espinas y marca camino aunque se levan­te el polvo.

Uno crece cuando se es capaz de afianzarse con residuos de ilusiones, capaz de perfumarse con residuos de flores…  ¡Y de encenderse con residuos de amor!

Uno crece ayudando a sus semejantes, conociéndose a sí mismo y dán­dole a la vida más de lo que recibe.

Uno crece cuando se planta para no retroceder…

Cuando se defiende como águila para no dejar de volar…

Cuando se clava como ancla y se ilumina como estrella.

Entonces… Uno Crece

Extracto del libro “60 Principios de Fe”

Por Bernardo Stamateas

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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