Devocionales Cristianos – La Bienaventuranza es Guardar sus Testimonios 1

 

Pasaje clave: Salmo 119:2.

 

El versículo dos enfatiza el andar del individuo. El guardar los testimonios de Dios es lo mismo que el andar en la ley de Jehová. Aquí, los testimonios de Dios son la misma cosa que su ley. La Biblia contiene los «testimonios» de la naturaleza de Dios. La ley no es un conjunto de prohibiciones que Dios inventó en su tiempo libre para mantener a la humanidad ocupada. La leyes sencillamente la expresión de la santidad de la naturaleza de Dios.

La poesía hebrea sigue un concepto conocido como paralelismo, mientras que la poesía en castellano sigue la rima y el metro. El paralelismo consiste en expresar palabras, frases o pensamientos paralelos uno junto al otro para contrastarlos, complementarlos e instruirnos. Tal como los diferentes nombres que recibe Dios en la Biblia sirven para instruirnos en cuanto a las muchas facetas del carácter de Dios, los nombres que recibe la Biblia en el Salmo 119 nos dan un entendimiento más amplio de la profundidad y la naturaleza de la Palabra de Dios.

El «andar» en la leyes mucho más que el «hablar» de la ley y que el «conocer» acerca de la ley. Muchas personas tienen una mina intelectual de información sobre la Biblia. Algunos hasta disfrutan el hablar acerca de la Biblia. Pero son pocos los que verdaderamente viven lo que dice la Biblia.

Este segundo versículo nos dice que la felicidad es el resultado de guardar sus testimonios. Esto contradice la fibra del pensamiento moderno. Consideramos que una vida moderada es demasiado limitante.

Un método radical y contemporáneo de crianza de los hijos enseña a los padres a poner a sus hijos pequeños en una habitación sin barreras, sin siquiera una cuna. Esta filosofía llega hasta el extremo de sugerir que el darle nombre a un recién nacido, sin esperar a que tenga suficiente edad para que escoja su propio nombre, es dañino a su tierna personalidad. El ser humano sencillamente no puede ver la obvia conclusión que tal tipo de ideas es la fuente de la anarquía que hoy vive nuestra sociedad.

El verdadero amor tiene fronteras y la verdadera felicidad consiste en vivir dentro de las fronteras de ese amor. Jamás olvidaré la vez que estaba aconsejando a una joven en Wichita, Kansas, hace ya muchos años. Era la hija de un oficial de la fuerza aérea que en su corta vida había vivido en muchos lugares. No importa en dónde estuviera, ella siempre lograba meterse en problemas serios. A la tierna edad de dieciocho años, ya no quedaban muchas cosas que ella no había intentado. Pocas veces he visto un espíritu tan rebelde como el de ella.

En un momento de reflexión, le pregunté qué era lo que la motivaba a hacer tales cosas. Ella me miró directo a los ojos y dijo: «Tan sólo una vez quisiera que mi papá me dijera: No». Sus padres le habían provisto con bienes materiales, pero ella nunca se había sentido segura de su amor. Ellos no se habían preocupado lo suficiente como para fijarle límites con el fin de protegerla.

Antes que conociéramos a Cristo, todos éramos esclavos del pecado. Ahora, él nos ha libertado de la esclavitud del pecado, de modo que tengamos la libertad de vivir una vida de obediencia a Él (Juan 8:34-36). La verdad de la Palabra de Dios no tiene carácter represivo, ni es limitante. ¡Es liberante!

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Salmo 119. Una Odisea al Corazón de Dios”

Por Jeff Adams

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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