Devocional Diario – LA FE ES UN DON, UN REGALO DE DIOS

Devocionales Cristianos – La Fe es un Don, un Regalo de Dios

 

 

Los dones son capacidades sobrenaturales que Dios da para liberar el potencial y alcanzar el éxito. Son las herramientas y recursos, que de manera sobrenatural vienen a nuestra vida por el Espíritu Santo, y una de ellas es la fe, el “don de fe”.

Ahora bien, la pregunta de muchas personas es: ¿Cómo tengo que hacer para activar el don de fe?

 

1º. Debés Mantener la Confesión de Todo lo que Dios ya te Pro­metió.

A un pastor misionero en México, su esposa le regaló una re­mera y un calzoncillo de Superman, se los puso y encima se colocó la ropa. Mientras iba en el coche lo asaltaron, y en un momento determinado del robo, el ladrón le ordena que se baje del coche y que le entregue el dinero.

Pero él le dijo: “No me podés robar porque yo soy hijo de Dios y a un hijo de Dios nadie le roba”.

A lo que el ladrón le contestó: “Ah! ¿Qué nadie te puedo robar?

Ya mismo me das el dinero”. “Yo te daré el dinero pero mirá que a un hijo de Dios nadie le roba”.

“Ah! ¿No te puedo robar? Dame las llaves del coche”. “No me podés robar el coche porque nadie roba a un hijo de Dios, no me podés robar”.

Y el ladrón más se enloquecía. Entonces, lleno de ira el ladrón volvió y con el revólver en mano le pidió que le diera también la ropa, pero el pastor seguía con­fesando…. “No me podés robar porque soy un hijo de Dios y a un hijo de Dios nadie le roba”.

Cuando se sacó la ropa le ve el calzoncillo y la remera de Su­perman, con lo cual el ladrón lo miró y pensó que estaba loco. El ladrón enloquecido le tiró cinco tiros en el pecho y las balas rebotaron. Cuando vio que las balas rebota­ron, el ladrón cayó de rodillas y el hombre continuó diciéndole temblando: “Te dije que a un hijo de Dios no le podés hacer nada”.

Lo abrazó, lo cargó en su coche, lo llevó a la iglesia y este hom­bre se convirtió al Señor.

Confesá hasta el último minuto, mantené tu con­fesión hasta el último minuto. Confesá palabra de fe.

 

2º. Hacer lo que Dios Quiere que Hagas, no lo que la Gente está Esperando de Vos.

Cuando alguien te pone su ropa es porque quiere que mueras en su lugar. No cargues con la ropa de nadie, no le hagas caso a la voz humana, obedecé a la voz del Señor. Lo que Dios te dijo creelo, confesalo y hacelo. No dejes entrar voces ajenas a tu vida, porque solo están ahí para robarte la semilla de tu bendición.

El diablo siempre va a querer robarte la semilla, la cosecha, por­que sabe que si te roba la palabra que escuchás, matará tu fe.

¿Por qué tenés problemas para congregarte?, ¿por qué tenés tantos conflictos?, ¿por qué la gente del barrio o tu familia se enojan si venís a escuchar al Señor?

No venís a oír a los pastores, sino a Dios hablar a tu vida. No­sotros no tenemos nada para decirte, lo único que somos es un canal que te dice lo que Dios dice, lo que está en su Palabra, para bendecirte y bendecirnos a nosotros también.

Dios no te dejará en la cueva sino que bajará, su voz entrará allí mismo y Él te sacará de ese lugar porque hay un guerrero dentro tuyo que se está despertando, una guerrera que se está levantando y lo único que necesitan oír es la voz de Dios que le dice: “Levántate, Mujer fuerte y valiente”, “Varón esforzado y valiente, levántate”.

Dios levantó a Gedeón y se juntó con trescientos igual a él. Dios va a ponerte con el equipo ganador. Había veintidós mil muer­tos de miedo y Dios dijo: “¡No, esos no me sirven porque no me siguen!” y quedaron trescientos entre los que estaba Gedeón.

Dios te pondrá en medio de trescientas personas de fe, tres mil te lastimaron pero trescientos se levantarán para bendecirte, sanarte, ungirte, para abrir el cielo delante de tu cabeza, para darte una palabra de orientación y para decirte: “Todo lo podés en Cristo que te fortalece”.

Un hombre cayó en un pozo y no podía salir.

• Una persona cariñosa se acercó y le dijo “Me identifico con tu situación”.
• Una persona objetiva se acercó y dijo: “Es lógico que alguien haya caído ahí adentro”.
• Un fariseo dijo: “Por algo será”.
• Un matemático calculó cómo se había caído en el pozo.
• Un periodista quería la historia exclusiva del pozo.
• Un fundamentalista dijo: “Merecés estar en el pozo”.
• Un recaudador de impuestos preguntó si estaba pagando cada mes por el pozo.
• Un optimista dijo: “Confesá que no estás en el pozo”.
• Un pesimista dijo: “Las cosas van a empeorar en el pozo”.

Pero vino Jesús y viendo al hombre, lo tomó de la mano y lo sacó del pozo.

Ese es nuestro rey.

Extracto del libro “60 Principios de Fe”

Por Bernardo Stamateas