Devocional – Manipulados Por Las Culpas
Pasaje clave: Romanos 8:1.
Hay personas (pueden ser padres, hijos, amigos, pareja, etc.) que usan los sentimientos de culpas para manipular a los demás y obtener ventajas para sí mismos. Por ejemplo:
- La persona que le dice a su pareja: “Si me dejas, me mato”.
- “Si me quieres de verdad tienes que hacerlo” (prostituirte, tener sexo, drogarte, robar, lo que fuere).
- La mujer (o el hombre) que llora y se enferma cada vez que su pareja quiere hacer algo con lo cual ella (o él) no está de acuerdo.
- Cuando nos presionan a hacer cosas incorrectas o malas, amenazándonos.
- El padre (o la madre) que le dice a su hijo: “Si me desobedeces una vez más me voy de esta casa”.
- “Nosotros hacemos todo por ti y tú eres un desagradecido”.
- La madre soltera que se somete a todos los caprichos y reclamos de su hijo por la culpa que siente como madre soltera.
- “Nunca me diste un padre” (o una familia, un hogar, etc.).
Entiende que dejarte manipular es malo, enfermizo y destructivo para tu vida. Cuando te manipulen tu reacción será la ira o la depresión. Necesitas reconocer que te están manipulando y no permitirlo. Por lo tanto, trata firmemente con la manipulación:
Asume tus propias responsabilidades. Si te equivocaste, lastimaste o dañaste pide perdón. Hazte cargo. Lo que te hace sentir mal, dilo, no lo escondas. ¡Pero no te responsabilices por las decisiones de los demás! No eres responsable de las decisiones, acciones y pensamientos de nadie.
Si alguien quiere matarse, lastimarse, deprimirse o abandonarte tratando de hacerte sentir culpable, ¡déjalo que lo haga! Es su problema, su decisión y su responsabilidad, no el tuyo.
Recuerda que aunque hayas hecho algo incorrecto en el pasado (que Dios ya perdonó y olvidó) no es razón ni motivo para que otros, aprovechándose de eso, controlen tu vida. Dios te hizo libre, no somos esclavos de nadie. No te ates a nadie.
Por Edgardo Tosoni