Devocionales Cristianos – No le Des Poder a la Tentación

 

Pasaje clave: 2 Timoteo 2:22.

¿Alguna vez has visto un anuncio publicitario de comida en la T.V. y de repente te entra el hambre?

¿Has oído alguna vez a alguien toser y de inmediato tienes la necesidad de aclararte la garganta?

¿O ver a alguien bostezar y sentir las ganas de bostezar también?

Este es el poder de la sugestión trabajando en tu mente. Nos movemos de forma natural hacia lo que sea que nuestra atención está concentrada. Mientras más piensas en algo, más fuertemente se apodera de ti; eso es por lo que la Biblia nos enseña que debemos “Huir de las malas pasiones de la juventud, y esmerarnos en seguir la justicia, la fe, el amor y la paz, junto con los que invocan al Señor con un corazón limpio” (2 Timoteo 2:22).

Por eso es por lo que repetir, “debo dejar de comer demasiado…” o “dejar de fumar…” o “dejar la lujuria” es una estrategia de auto-derrota, pues te mantiene enfocado en lo que no quieres hacer. Es como anunciar, “nunca voy a hacer lo que hizo mi madre”, estás programándote para repetirlo.

La tentación comienza primero captando tu atención, lo que consigue tu atención eleva tus emociones. Entonces tus emociones activan tu comportamiento, y actúas sobre lo que sientes. Mientras más te concentres en “no quiero hacer esto” más fuertemente la tentación te arrastrara a sus redes.

Ignorar la tentación es muchísimo más efectivo que enfrentarla. Una vez que tu mente este en otra cosa, la tentación pierde su poder, así es que cuando la tentación te llame al teléfono, no discutas con ella, solo cuélgale.

Algunas veces esto significa que físicamente abandonas una situación que te pueda tentar. Esta es una de esas veces en donde es mejor huir. Levántate y apaga el remoto de tu T.V., sal de grupos chismosos, sal del cine en medio de una película.

Recuerda que para evitar que te piquen, tienes que mantenerte lejos de las abejas.

 

Resiste al Diablo.

“Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes” (Santiago 4:7).

Después de que nos hemos humillado y sometido a Dios, la Biblia nos enseña a resistir al diablo. No nos resignemos pasivamente a sus ataques. Debemos contraatacar.

El Nuevo Testamento a menudo describe la vida cristiana como una lucha espiritual contra fuerzas malignas, usando términos de guerra como lucha, conquista, esforzarse, sobreponerse. Los cristianos son a menudo comparados a soldados sirviendo en territorio enemigo.

¿Cómo podemos resistir al enemigo?

Pablo nos dice, tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios (Efesios 6:17).

El primer paso es aceptar la salvación de Dios, no serás capaz de decirle no al enemigo, a menos que le digas que sí a Cristo. Sin Cristo estamos indefensos contra el enemigo, pero con el casco de la salvación nuestras mentes están protegidas por Dios. Recuerda esto: si eres un creyente, Satanás no te puede forzar a hacer nada, el sólo puede sugerir.

Segundo: debes usar la Palabra de Dios como arma contra Satán, Jesús nos sirvió de modelo cuando fue tentado en el desierto. Cada vez que Satanás le sugería una tentación, Jesús resistió citando las escrituras.

El no discutió con Satanás, Él no dijo, «yo no tengo hambre» cuando fue tentado a usar su poder para satisfacer una necesidad personal. El simplemente citó las Escrituras de memoria. Debemos hacer lo mismo. Hay poder en la Palabra de Dios, y Satanás la teme.

Nunca trates de discutir con el enemigo, él es mucho mejor que tu discutiendo, teniendo miles de años de práctica es lógico. No puedes echarle con un discurso basado en la lógica o en tu opinión, pero puedes usar el arma que lo hace temblar: La Palabra de Dios.

Esto es por lo que memorizar las Escrituras es absolutamente esencial para derrotar la tentación. Como Jesús, tienes la verdad guardada en tu corazón, lista para ser recordada. Si no tienes ningún verso bíblico memorizado, no tienes balas en tu pistola, te desafío a memorizar un verso por semana por el resto de tu vida. Imagínate cuan fuerte puedes llegar a ser.

Por Rick Warren

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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