Devocionales Cristianos – Plan Para un Devocional Diario: Tiempo de Meditación
Santiago advierte a los creyentes que no solo escuchen la Palabra de Dios, sino que también hagan lo que dice (Santiago 2.22). El paso que une la brecha entre la lectura y la acción es la meditación porque nos ayuda a comprender la Escritura y a ponerla en práctica en nuestras vidas. El Salmo 1.1–3 dice3 dice: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como el árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará”.
Meditar en la Palabra de Dios es simplemente pensar en ella con el deseo de descubrir su verdad y aplicarla a la vida. Por ejemplo, digamos que está leyendo Efesios 4.1, que dice: «Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados». Al comenzar a meditar sobre este versículo, podría comenzar a pensar acerca de su llamado y el propósito que Dios ha planeado para usted. Tal vez no esté seguro acerca de su propósito y esto lo motiva a preguntarle a Dios. O si ya sabe cuál es, podría comenzar examinando su vida para ver si está viviendo de una manera que Dios considere digna. El solo pensarlo le apremia a renovar su obediencia conforme a la visión de Dios. No puede decirse hacia dónde Él le conducirá una vez que comience a pensar en su Palabra y aplicarla a su vida.
La meditación es muy beneficiosa:
- Ayuda a examinar sus relaciones con Dios.
- A verse como es debido.
- A descubrir en qué punto del camino se encuentra en su jornada espiritual.
Y, por supuesto, le ayuda a comprender mejor cómo obedecer. El proceso puede ser penoso o emocionante, pero siempre le acercará a Dios.
Extracto del libro “Compañeros de Oración”
Por John C. Maxwell