Devocional – Saber Quién Soy
Pasaje clave: 2º Corintios 5:17.
Descubrimos nuestra verdadera identidad conociendo lo que Dios dice de nosotros. Él no miente, su Palabra es verdadera y no cambia. Él nunca nos desvaloriza, y no nos descalifica. para Él no somos «menos». Nos acepta tal como somos pero no quiere que permanezcamos así, Él quiere sanarnos y edificarnos.
Hay tres preguntas relacionadas con nuestra identidad:
1. ¿Quién dicen los demás que soy yo?
Habitualmente lo que tenemos como referencia de nosotros mismos son las cosas negativas que otros nos han dicho: “Ojalá no hubieras nacido”, “no sirves para nada”, “eres feos”, «naciste por error porque estabamos borrachos con tu madre», «aquí no eres nadie», «a ti la cabeza no te da para nada», ¿Tú, profesional? Jajajajajaja…», «eres un fracaso», etc.
Jesús mismo se expuso a éste tipo de interrogantes (Mt. 16:13-16). Pero su identidad estaba perfectamente clara y no dependía emocionalmente de la opinión de otros. ¡Y mira que lo compararon con héros del A.T.! ¡Cualquiera de nosotros hubiera dicho: «gracias, gracias, ya lo sabía». Pero Jesús no se alimentaba de comparaciones, ni las necesitaba.
2. ¿Quién digo yo que soy?
O lo que es igual “¿qué pienso de mi mismo?”. Generalmente opinamos o pensamos de nosotros mismos lo que los demás nos han estado diciendo desde nuestra infancia sumándole a esto nuestras propias ideas y comparaciones con otros. Entonces, o aceptamos la opinión de los demás, nos rebelamos en contra de ellas o pendulamos entre ambas actitudes.
3. ¿Quién dice Dios que soy yo?
¿Qué piensa Dios de mí?, ¿qué opinión tiene de mi vida?, ¿quién soy para Él? No es necesario decir que ésta es la pregunta más importante de las 3 y3 y en la que te tienes que detener.
Nuestro concepto de nosotros mismos para ser sano debe basarse en lo que Dios dice que somos. La Biblia dice que somos “nuevas criaturas” (2º Co. 5:17). Tenemos una nueva vida: la vida de Jesús. Por lo tanto, SOY ALGUIEN NUEVO EN CRISTO, con un nuevo Padre y una nueva familia (Juan 1:12, 1º Juan 3:1-2).
Es muy importante saber quien soy. Porque si se quien soy, sé a dónde voy y sé con quién voy.
Si sé quién soy, los temores, las inseguridades y las incertidumbres del presente y del futuro comienzan a desaparecer porque sé a dónde voy.
Si sé quién soy, sé a quien seguir, sé qué verdades escuchar, porque sé con quién voy.
Por lo tanto, lo más importante es ser, saber quién soy.
Sé Quién Soy en Cristo.
SOY UN HIJO CONOCIDO POR DIOS (Ro. 8:29, Ef. 1:4).
SOY UN HIJO ESCOGIDO POR DIOS (Efesios 1:4-5).
SOY UN HIJO DESEADO POR DIOS (Efesios 1:4-5).
SOY UN HIJO AMADO POR DIOS (Jeremías 31:3, 1º Juan 3.1).
SOY UN HIJO ACEPTADO POR DIOS (Efesios 1:6).
SOY UN HIJO REDIMIDO POR DIOS (Isaías 43:1, Efesios 1:7).
SOY UN HIJO CREADO POR DIOS (Salmo 139:13-18, Jeremías 1:5).
SOY UN HIJO CAPACITADO POR DIOS (Efesios 2:10, 1º Corintios 12:7, Fil. 4:13).
SOY UN HIJO GUARDADO POR DIOS (Jn. 17:11, 1º Juan 5:18, Judas 24).
SOY UN HIJO LLAMADO POR DIOS (Ro. 8:30, Ro. 1:6-7, Gál. 5:13, 1º Tes. 2:12, 4:7).
SOY UN HIJO RENACIDO POR DIOS (Juan 3:3, 1º P. 1:23, 2º Co. 5:17).
SOY UN HIJO JUSTIFICADO POR DIOS (Miquéas 7:19, Ro. 5:1, 8:30 y 3330 y 33).
SOY UN HIJO SANTIFICADO POR DIOS (1º Co. 1:2, 6:11, Fil. 1:1, Col. 1:2 y2 y Judas 1).
SOY UN HIJO GLORIFICADO POR DIOS (Ro. 8:17 y 3017 y 30, 1º P. 5:10, Ef. 2:6, Fil. 3:21).
SOY UN HIJO PERTENECIENTE A LA FAMILIA DE DIOS (Juan 1:12, Efesios 2:19).
Sé a Dónde Voy.
VOY A LA VIDA ETERNA. (Tito 3:7, 1º Juan 5:11-13, Judas 21).
VOY A UNA HERENCIA CELESTIAL. (Col. 3:24, Hebreos 10:34, 1º Pedro 1:4).
VOY HACIA LA SANTIDAD. (Juan 17:17, 1º Co. 1:2, 1º Tes. 5:23, Ap. 22:11).
VOY HACIA LA SEMEJANZA DE JESUCRISTO. (2º Co. 3:18, Gál. 4:19).
VOY HACIA UNA RECOMPENSA ETERNA. (Col. 3:24, Ap. 2:7, 10, 17, 23, 26, 28, 3:21, 22:12).
VOY AL TRIBUNAL DE CRISTO. (No para ser condenado, sino para ser recompensado. Mateo 12:36-37, Ro. 14:10-12, 2º Co. 5:10).
Sé Con Quién Voy.
VOY con JESUCRISTO.
Necesitas apropiarte de estas verdades cada día de tú vida y vivir de acuerdo a ellas. No te guíes por tus emociones o sentimientos de rechazo (por más fuertes que ellos sean), déjate guiar por el amor y la aceptación incondicional de tu Papá celestial. Eres su hijo. No eres un extraño, no eres un desconocido, no eres un error ni un accidente de la vida, ¡eres su hijo amado!
Aprende a mirarte a ti mismo tal como Él te mira, y a decir de ti, cada día: «Soy un hijo amado, soy un hijo aceptado, soyn un hijo deseado por mi Papá celestial . No soy lo que la gente dice de mi. No soy lo que Satanás susurra a mis emociones, sólo soy lo que Dios ha declarado y establecido de mi».
Por Edgardo Tosoni
Me gustó mucho su articulo, sobre todo porque está fundamentado en la palabra de Dios y así puedo buscar y creer verdaderamente en su artículo. Gracias Dios lo bendiga
Hola Elizabeth. ¡¡Bienvenida!! Lo importante es que le creas a Dios. Éxitos.