Devocionales Cristianos – Tengo Que Hacerme Preguntas de Fe

 

El potencial es energía; es una habilidad dormida, una fuerza oculta que todavía no desarrollamos al máximo pero que logra­remos en el próximo triunfo.

No es lo que hicimos sino lo que aún no hemos realizado. Por ejemplo, hay lugares a los que no fuimos, sueños que aún no alcanzamos, ideas que no soltamos; pero Dios nos llenó de po­tencial para hacerlo.

La pregunta de muchos es cómo soltar su potencial, ya que no saben la manera de cómo hacerlo. Ésta es la gente que sólo sue­ña, pero no acciona lo suficiente. Jesús dijo: “El que pide, halla; el que busca encuentra”. Con esto, Dios nos quiere decir que pida­mos, hablemos, llamemos, abracemos y no esperemos sentados que las cosas sucedan.

Si esperamos que el otro abrace, pregunte, proponga, sugiera y haga lo que nos toca hacer a nosotros, es probable que nos quedemos en el mismo lugar de siempre. Dios nos llamó a ser iniciadores de aquello que buscamos. Es decir, tengo que tomar la iniciativa sobre lo que quiero conquistar. Porque el que tiene potencial, toma la iniciativa y vos sos uno de ellos, todos tene­mos potencial, todos nacimos con él.

Entonces, si necesitás que te abracen, abrazá; si necesitás que te llamen, llamá; si cuando buscás por un lado, te dicen que no, buscá en otro lado y si no, avanzá por otro lado; pero ¡movete!

El que tiene el potencial, toma la iniciativa.

Para tomar la iniciativa, y movernos hacia lo que buscamos te­nemos que creer que aquello que esperamos vendrá. Y esto es lo que se esconde tras la palabra Fe. Es decir, tengo que creer.

¿Estás creyendo en aquello que esperás? ¿Cuánta fe depositás en aquello que esperás?

La fe siempre libera mayor medida de fe. ¿Cómo es esto? La fe nos desafía, nos provoca, nos cuestiona, nos pre­gunta y siempre nos lleva a más. Imaginate por un momento y respondé las siguientes preguntas:

  • Si te quedaran sólo cinco años de vida, ¿qué harías?
  • Si supieras que morirías en cinco horas, ¿qué harías?
  • Si tuvieras un millón de dólares y sólo una hora para gastarlo, ¿en qué lo gastarías?

¿Con cuánta frecuencia pensás en el tiempo que tenés? ¿Sa­bías que el tiempo es una de las cosas más importantes que tenemos? ¿O podríamos decir, la más importante? El tiempo es vida. El día de hoy no vuelve a suceder. Generalmente, vivimos nuestros días esperando que lo que queremos suceda por “arte de magia” en lugar de provocarlo.

Dios quiere provocarte a que te hagas preguntas de fe, que te desafíes en la situación donde hoy estás. Dios quiere que pien­ses con fe y que la saques de tu interior, porque ella está dentro tuyo.

Dios quiere provocarte a que te hagas preguntas de Fe.

Cuando comenzás a soltar fe, tendrás que evaluar lo que tam­bién comenzás a recibir. Es decir, el retorno de tu oración. Por ejemplo, hay personas que por años oran lo mismo, de la mis­ma manera y te dicen: “Yo sigo orando porque la Palabra dice orar sin cesar”.

Ahora bien, si en 10 años no recibiste respuesta, analizá qué es lo que está pasando que aún no hubo respuesta. La evaluación del retorno de cada inversión debe ser permanente, porque este es el resultado de tu inversión que es tu oración, entonces: ¿qué estás haciendo? ¿Qué estás recibiendo por ello?

La evaluación te desafía a que te hagas preguntas de Fe.

¿Qué estás haciendo? ¿Qué estás recibiendo por ello?

Muchas personas poseen el concepto de que cuando llegan a la iglesia tienen que cambiar por completo, pero Dios dice: “Yo no trabajo así, esa es tu ansiedad”.

Dios tiene paciencia para esperar que aprendamos a escuchar su voz y así crecer en Él. Del mismo modo en que lo hace con nosotros lo hizo con Samuel. La Biblia dice que Dios llamó a Samuel: “Samuel”. Creyendo éste que era Elí quién lo llama­ba. Una y otra vez lo repitió, pero en la tercera oportunidad Samuel comprendió y dijo: “Habla, tu siervo oye”.

Samuel fue desafiado a cambiar. Él podría haber quedado su­mergido en una vieja oración, en la palabra de su mentor Elí. Pero no, comenzaba a entender que el modelo antiguo estaba vencido, que todo lo que él sabía ya no le servía, y que, por el contrario, lo venidero sería mejor.

Comenzó a obedecer a Dios, a dialogar con Dios, a ser incomo­dado por Dios. Tomó el desafío. Respondió a la provocación de Dios y Dios lo llevó para que sea su voz.

Y así como lo hizo con este hombre, Dios lo hará contigo, Dios te llevará a más. No hay tiempo para quedarse quieto. Cada día, Dios ya tiene pensado en cómo bendecirte, cómo usarte, qué personas ponerte cerca. ¿Sabías esto? Entonces, ¿vas a ano­tarte en la aventura que te tiene preparada…?

Sólo depende de la respuesta que vos le des. Él está escuchan­do….

Extracto del libro “60 Principios de Fe”

Por Bernardo Stamateas

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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