Clásicos Cristianos – En Cristo las Diferencias Entre Varón y Mujer Fueron Abolidas.

 

Pasaje clave: Gálatas 3:27-28.

La cuarta distinción que ha sido abolida en Cristo es la relacionada con el género de las personas; es decir, la distinción entre varón y mujer. En este mundo, los varones cumplen un determinado papel, mientras que las mujeres cumplen otro distinto. Asimismo, en lo referente a la administración de la iglesia, el varón tiene su lugar y la mujer tiene la suya. En la familia, el esposo tiene su lugar y la esposa tiene la suya. Sin embargo, en Cristo, tanto el hombre como la mujer tienen la misma posición y no hay diferencia entre el uno y la otra.

En Cristo, el varón no tiene un lugar especial, y tampoco la mujer, debido a que Cristo es el todo en todos. A este respecto, el varón no difiere de la mujer. Les ruego que no se olviden que cuando se trata de asuntos espirituales, no hay distinción entre varón y mujer.

Ya dijimos que, cuando se trata de algunas áreas de servicio en la iglesia, las hermanas ocupan un lugar distinto al de los hermanos, pero esto tiene que ver sólo con la cuestión de la autoridad. Hoy en día, en Cristo, no existe distinción entre varón y mujer. Un hermano es salvo mediante la vida de Cristo, la vida del Hijo de Dios. De la misma manera, una hermana es salva mediante la vida de Cristo, la vida del Hijo de Dios.

En la Biblia en chino, todas las veces que se tradujo “hijos e hijas”, en el idioma original decía simplemente “hijos”, esta única palabra no permitía distinguir al varón de la mujer (aun cuando en el uso era de género masculino). Por nacimiento, yo soy hijo de Dios y debo madurar como tal. Un hijo es de género masculino, sin embargo, aquí la palabra describe tanto a los hermanos como a las hermanas.

En todo el Nuevo Testamento, únicamente 2º Corintios 6:17-18 se refiere específicamente a los hijos y a las hijas: “Por lo cual salid de en medio de ellos… y Yo os recibiré y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso”. Después de que hemos creído en Dios y hemos sido liberados y separados del mundo, así como de toda su influencia contaminada e inmunda; Dios nos recibirá como un Padre, y nosotros seremos Sus hijos e hijas. Este es un asunto entre Dios y nosotros como individuos. Por esto dice: “hijos e hijas”. Si una persona padece sufrimientos por causa de Dios y sufre pérdidas por causa de Él, Dios llegará a ser un Padre para dicha persona. Si eres varón, Dios te recibirá como hijo. Si eres mujer, Dios te recibirá como hija. Dios los recibirá como hijos e hijas.

Él es el Señor todo-suficiente y es el poseedor de todas las cosas. Este es un asunto que trata de lo que una persona es ante Dios. En Cristo, todos nosotros somos hijos de Dios y no hay distinción entre varón y mujer, no existe en absoluto tal distinción.

Cierta vez le pregunté a un hermano en el Señor que trabajaba como artesano en Shanghái: “Hermano, ¿cómo les va a los hermanos en su ciudad?”. Él me contestó: “¿Me estás preguntando acerca de los hermanos varones o de los hermanos mujeres?”. Tal respuesta no podía haber sido mejor expresada. Es una de las expresiones más ciertas que se han dicho. Tanto los hermanos varones como los hermanos mujeres, todos son hermanos; en Cristo no existe tal distinción. Lo que este hermano dijo era completamente correcto, él no hizo sino corroborar la verdad bíblica. Cuando acudimos al Señor y le tocamos, superamos toda distinción que existe entre varón y mujer. Estamos más allá de todo género. Ante el Señor y en Cristo, no existe diferencia alguna entre varón y mujer.

Extracto del libro “Mensajes Para Edificar a los Creyentes Nuevos”

Por Watchman Nee

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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