Devocionales Diarios – Estar Encima 2

 

Continuemos.

«Estar encima» es estar comunicado cada día.

Una pareja que no se está encima (no hablo sexualmente), se va fraccionando, quebrando.
La persona que tiene un equipo de líderes, de gente de trabajo, de empleados, si no se comunica a diario, permanentemente, sistemáticamente, se quebrará.

Hace poco estuve en una empresa importante hablando a sus directivos, eran doce. Les hablé acerca de la importancia de la comunicación frecuente, porque cualquier grupo que no se comunica tiende a inventar chismes o cualquier necedad y ocurre en el momento que falla la comunicación frecuente.

Manejar una comunicación frecuente, continua, rápida.

«Estar encima» de nuestros hijos significa hablar todos los días con ellos. Dónde, cómo, cuándo, con quien fueron, qué hicieron, qué no. «Estar encima» de nuestra esposa o esposo, de nuestros nietos, de nuestros discípulos.

 

¿Sabías que Dios está encima nuestro las veinticuatro horas?

La Biblia dice: » No se dormirá el que guarde Israel y sus ojos están abiertos de día y de noche sobre nosotros.»
Dios no cierra los ojos porque está encima nuestro, conectado las veinticuatro horas porque sabe que tendemos a hundirnos y con El encima nos expandimos.

«Estar encima» no significa torturar a la gente, ni asfixiar, taladrar, sermonear, molestar, regañar. Es saber qué le pasa de primera mano.

«Estar encima» molesta al enemigo, por eso debemos hacerlo frecuentemente. El enemigo nos robó y hemos perdido mucho por no estar encima.

Había una viuda, en la época de Jesús, que fue a un juez y éste no le quería hacer justicia (aparentemente le habían robado una propiedad o finanzas). La mujer iba día y noche a decirle: «hazme justicia, hazme justicia, hazme justicia.» Mañana, tarde y noche; de lunes, martes, miércoles; primera semana, segunda semana; en enero, febrero, marzo…. Hasta que el juez malvado, que no temía ni a Dios ni a los hombres, dijo: «Esta mujer me es molesta, me rompió la paciencia, no la aguanto más, le voy a dar lo que me pide».

El diablo soltará lo que te pertenece cuando estés encima diciéndole: «Diablo, me vas a devolver todo lo que me sacaste, lo que me pertenece» y tiene que escuchar tu reclamo y todo volverá a tu mano.

«Por un tiempo el juez malo no la escuchó pero se le acabó el tiempo», dice la Biblia.

Se le terminó el tiempo al enemigo, Dios levantó un pueblo que estará encima de las promesas, de la sanidad, de los sueños, de las palabras proféticas.

Dios le dijo a su siervo: «Cada día empuja con todas tus fuerzas la gran roca que está junto a la puerta de tu cabaña». El hombre perseveraba fielmente en lo que Dios le pidió. Día tras día, antes de ir a su trabajo, el hombre empujaba la gran piedra con toda su fuerza pero ésta no se movía. Después de muchos años, el siervo de Dios aún perseveraba obediente y empezó a sentirse frustrado pues la roca no se había movido ni un milímetro. Finalmente, dijo al Señor: «Ya estoy viejo y cada día he empujado la roca pero ésta no se ha movido. ¿Por qué he fracasado? El Señor le respondió con profundo amor: «Querido hijo, cuando te pedí que empujaras la roca no era con el fin de que ésta se moviera. Quise más bien enseñarte a dominar tu cuerpo, fortalecer tu alma por medio de la disciplina, a conocer tu fortaleza y tus límites. Empujando la roca con perseverancia has aprendido a vencer la tentación del demonio que te decía que era inútil y has fortalecido tu fe. Además yo sabía que tus enemigos eran fuertes y vendrían contra ti. Por eso quise que ejercitaras tu cuerpo. Gracias a tu perseverancia empujando la piedra cada día desarrollaste una gran fuerza física y tus enemigos no han podido contra ti. Ahora eres fuerte espiritual y físicamente, has vencido al demonio y a tus enemigos de la tierra. ¿Crees que fracasaste? Cierto, no has movido la roca pero tu misión era sólo ser obediente y empujar para que yo cumpla en ti mis designios. Lo has conseguido ahora, mi querido hijo, yo moveré la roca».

Sé perseverante en lo que Dios te prometió y Él te honrará, y si te dio un sueño, lo alcanzarás aunque te digan que «no se puede», «suceda lo que suceda.»

Dios quiere enseñarte algo poderoso: carácter de perseverancia.

Por Bernardo Stamateas

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

2 Comentarios

  1. Hola Natasha. ¡¡Bienvenida!! Qué bueno que hayas sido bendecida con esta palabra. Qué tengas un excelente 2011!!!

  2. Dios Les Bendiga!

    Definitivamente Dios es Soberano en TODO, hace que la palabra llegue a nuestro corazón en el momento preciso, justo cuando más se necesita.

    Gloria a Dios por eso…..

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