Devocional – OBEDIENTES SE BUSCAN 2

Devocionales Diarios – Obedientes se Buscan 2

 

Pasaje clave: Efesios 2:1-3.

 

“¿Por qué es tan importante la obediencia para Dios?”

Efesios habla del príncipe de la potestad del aire. ¿Quién es este príncipe?

Está muy claro que se refiere al mismo Satanás. No lo podemos ver, no lo podemos tocar, porque es un ser espiritual, pero Satanás es tan real como tú y yo.

¿Y en quiénes actúa este príncipe? En los hijos de desobediencia.

¿Quiénes son los hijos de desobediencia? Todos aquellos que no le han entregado sus vidas a Cristo, o que deliberadamente lo han rechazado. Pero cuando un hijo de Dios, desobedece a Dios, ¿no actúa como un hijo de desobediencia sin serlo? ¿No se sale de la cobertura de Dios y se expone al maltrato satánico?

Ejemplos sobran empezando desde Adán y Eva. Pero podríamos considerar a Caín, a Saúl, al mencionado Sansón, a Judas, por citar unos pocos, que comenzaron bien y terminaron muy mal.

¿Cómo opera Satanás en la vida de los desobedientes?

Los esclaviza. A las adicciones de todo tipo, al ocultismo, al legalismo, a la enfermedad, al rencor, al odio.

Los perturba y los oprime. Ata sus mentes a la mentira y les bloquea el entendimiento espiritual para que ignoren a Dios, rechacen a Dios o busquen alternativas a Dios. Les mata la fe.

Si eres un hijo de Dios, pero desobedeces deliberadamente a Dios, pecas y le abres puertas a Satanás para que te tiente, te ate, te perturbe y te llene de miedos, culpas y dudas. No pierdes tu salvación, ni Dios deja de amarte, pero sí pierdes tu santidad y echas por tierra toda la bendición de Dios.

En la desobediencia opera Satanás. En la desobediencia vas de fracaso en fracaso, cuando Dios te hizo su hijo para que avances de gloria en gloria. Con la desobediencia pierdes, nunca ganas.

Establezcamos el segundo principio de obediencia: “En la desobediencia opera Satanás, atando, perturbando, generando miedos, dudas y culpas”.

 

La Obediencia Activa Fe

Ya dijimos que con la desobediencia le abrimos puertas a Satanás, le damos autorización para maltratar nuestras vidas. Pero cuando somos obedientes a la revelación de Dios por medio de su Palabra, Satanás pierde automáticamente su influencia y poder sobre nuestras vidas y no nos puede tocar, ni a nosotros, ni a nuestras familias, porque estamos bajo la cobertura y el cuidado de Dios.

Cuando obedecemos la voz de Dios activamos fe. Porque obedecer es moverte en fe a la Palabra. Dios dice y tú te mueves en obediencia a lo que Él dice y al hacerlo demuestras que le crees. Has activado tu fe. Te has movido en fe.

Cuando vivimos en obediencia tenemos poder y autoridad sobre los demonios y los espíritus inmundos, y les ordenamos en el nombre del Señor Jesús que se alejen y no nos molesten, ni a nosotros ni a nuestros hijos. ¡Y ellos están obligados a obedecer!

Dios es honrado con nuestra obediencia (Job 1:1, 8). Él se deleita y se enorgullece en la obediencia de sus hijos.

 

Revisemos Nuestro Corazón.

¿Vives como un hijo de obediencia?

¿Activas tu fe en la Palabra de Dios obedeciéndola?

¿Escuchas al Espíritu Santo?

¿Te sujetas a tus padres? ¿Le obedeces?

¿Te sujetas a tus pastores y líderes? Estamos hablando de pastores y líderes obedientes a la Palabra. No te esclavices a ningún desobediente. Si no podemos obedecer a los hombres a quienes vemos, menos podremos obedecer a Dios a quien no vemos. No nos engañemos a nosotros mismos. ¿Cómo está nuestro corazón delante de Dios?

Establezcamos el tercer principio de obediencia: “Cuando vivimos en obediencia a la Palabra liberamos el poder de Dios, Él es honrado y Satanás no puede tocarnos”.

Por Edgardo Tosoni