Devocional Diario – Orá, Serví, Disfrutá
Pasaje clave: Colosenses 3:16-17.
1. En el nombre de Jesús renunciá a toda mentira de: «no lo estoy haciendo bien», «la gente no me entiende», “soy muy grande”, “soy muy nuevo”, “soy muy joven”, etc. Porque vos no oras para las personas, vos oras a Dios por las personas. ¿Dios te entiende? ¿Dios te escucha? ¿Le llegan a Dios tus lenguas? ¡SI! ¡SI! y ¡SI! porque sos su hijo, porque Él es tu Papá y te ama profundamente. Y valora lo que haces, y cada vez que oras por alguien (en lenguas o no), Dios te mira y sonríe porque es un Papá que se siente orgulloso por tu vida y tu amor por Él.
2. Crece en tu intimidad con Dios. Pasá tiempo hablando con el Señor como un hijo con su Papá. Abríle tu corazón y pedile sabiduría y revelación para que cuando tengas que orar por las personas (sean tus hijos, tus padres, tus amigos, tus compañeros o quien sea), el Espíritu Santo fluya con libertad a través tuyo.
El secreto supremo es este: Intimidad con Dios. El tiempo que pases en secreto con el Señor, orando, adorándolo, agradeciéndole.
Declará en fe: «El Señor pondrá palabra en mi boca, y hablaré y bendeciré y oraré en libertad porque el Espíritu de Dios me dirá qué decir. Por lo tanto rechazo, en el nombre del Señor, todo pensamiento mentiroso de incapacidad, rechazo todo pensamiento mentiroso de estar haciendo las cosas mal, rechazo todo temor a fallar y a equivocarme, porque estoy aprendiendo, estoy creciendo y todo lo que haga me saldrá bien porque el Señor está conmigo».
3. ¡Disfrutá!!!!!!!!!!! No te amargues. Servir al Señor no es una carga, es un placer, un deleite, un gozo. Tenés derecho a equivocarte. Tenés derecho a fallar ¡porque estás aprendiendo, creciendo y sirviendo! Y todos los que servimos a Dios y hacemos algo para él nos equivocamos y erramos, y aprendemos ¡y avanzamos!!!
Orá, bendecí y serví con placer como para el Señor y no para las personas.
Por Edgardo Tosoni
Hola Adriana. ¡¡Bienvenida!! ¡Muchas gracias a vos también por tus palabras de bendición y aliento!!
Gracias hermano, que Dios te siga iluminando con su sabiduría y que sigas siendo un instrumento de Él para llevar palabra de aliento a quienes a veces lo necesitamos…
Dios te bendice!