prosperar-por-los-motivos-correctosDevocional Diario – Prosperar Por los Motivos Correctos

 

 

Los Motivos Correctos

¿Podemos esperar ser prósperos? Si, podemos, tal como Jesús lo fue. Pero eso significa que los motivos que usted tiene para ser próspero deberían ser también los mismos de Él. Él quiere que Su pueblo, incluyendo sus predicadores, tengan lo suficiente para ser capaces de ir a enseñar, predicar y sanar a los enfermos en las villas y ciudades del mundo o para ayudar a otros a ir. En la economía de Dios, la prosperidad es el medio para un fin, el evangelismo mundial.

¿Por qué queremos prosperar? ¿Es nuestro deseo ministrar a otros o a nosotros? ¿Estamos buscando prosperidad para ayudar a financiar la obra de Dios o para disfrutar los lujos de la vida; grandes casas, coches vistosos, ropa cara, comida selecta y abundante entretenimiento?

No estoy sugiriendo que Dios quiere que vivamos con un presupuesto escaso, estrecho y con las justas. Numerosos versos del Antiguo Testamento prometen prosperidad; abundancia o tener más que suficiente, para los que hacen la voluntad de Dios.

El Salmo 35:27 dice27 dice: “Pero lancen voces de alegría y regocijo los que apoyan mi causa, y digan siempre: “Exaltado sea el Señor, quien se deleita en el bienestar de su siervo” ((Nueva Versión Internacional)

¿Dios se glorifica con que usted viva arañando, con ingresos mínimos? No.

¿Él se glorifica en que usted viva extravagantemente, enfocando su tiempo y atención en el dinero y las posesiones mundanas? No.

Debe haber balance y sentido común en nuestras vidas materiales.

Mientras leemos los Evangelios y estudiamos la vida de Cristo, obtenemos la figura de un hombre que caminó por las calles de las villas y pueblos donde estuvo, pagando sus gastos, mezclándose cómodamente con la gente común, y ayudando a los pobres. Pero también estuvo en casa visitando a los opulentos y poderosos. Fue a la casa de los fariseos y los líderes religiosos, tal como fue a la casa de los pecadores, como el recolector de impuestos Zaqueo.

El primer milagro registrado de Jesús ocurrió en el banquete de una boda en Caná, donde convirtió grandes tinajas de agua en vino para la fiesta (Juan 2).

En el Sermón del Monte Jesús dijo que no debíamos preocuparnos, por la comida, la bebida o el vestido. Jesús dijo: “. . . pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:32,33).

El continuo diciendo: “Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes” (Lucas 6:38 NVI38 NVI).

¿Suena como que Dios quiere limitar cuánto podemos tener? Absolutamente no.

Él simplemente quiere que mantengamos nuestras prioridades en línea recta. Filipenses 4:19 dice19 dice: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”.

Ya hemos descubierto que las riquezas de Dios son ilimitadas, todo le pertenece a Él.

Pablo urgió a la iglesia de Corinto a dar generosa y alegremente a la obra de Dios. Él dijo: “Dios puede resarcirles dándoles todo lo que necesitan y más, para que no solo tengan lo suficiente para sus propias necesidades, sino que tengan lo suficiente para dar alegremente a otros” (2º Corintios 9:8 The Living Bible).

Extracto del libro “El Toque de Midas”

Por Kenneth E. Hagin

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