Dante Gebel – El Escuadrón De Emergencia
Nadie puede lograr que el francotirador apostado en la cima del imponente rascacielos desista de su objetivo. La policía solo puede observar impotente, como el malviviente exige sus condiciones mientras los apunta desde lo alto de una de las torres más altas de la gran ciudad. Jueces, periodistas, fotógrafos, policías y cientos de curiosos se confunden en derredor del macabro espectáculo. Finalmente, el viejo comisionado, limpia el sudor de sus lentes y dice la frase. Acaso, sea la frase que todos estaban esperando: «No hay nada mas que nosotros podamos hacer… llamen a Swat» Un suspiro de alivio se percibe en derredor del respetado Jefe de Policía.
Indudablemente este es un trabajo para los hombres entrenados para misiones riesgosas. En cuestión de minutos, el escuadrón Swat toma el control. Descienden de sus móviles con la precisión de águilas. Casi no hablan entre sí. No hay gritos nerviosos, solo ordenes precisas, como si cada uno de ellos ya supiera lo que le corresponde hacer. Se comunican en clave a través de Handys, manejan un código secreto. Rodean el edificio, dos suben por las escaleras hacia la tan temida terraza, otros aguardan en silencio desde la torre contigua. No están sudando, sus movimientos parecen calculados. Estos hombres conocen el peligro, se tutean con él a diario, y por sobre todas las cosas, saben que ellos deben comenzar justamente cuando los demás abandonan.
Si ellos no lo logran, no existe una segunda opción. Son la única y ultima alternativa. Es Swat. El escuadrón de emergencia para situaciones limite. El grupo de resistencia armada contra las fuerzas invasoras. El ultimo arma secreta de los escuadrones policíacos. Son los hombres de fajina azul. Vencer o morir, esas son sus consignas. Son letales y precisos. Se trata del escuadrón entrenado para misiones únicas.
Otra historia. El hombre se desliza por la muralla como una gacela. Los soviéticos están controlándolo todo desde sus sofisticados monitores. Pero el hombre burla la guardia rusa. El peligro acecha a cada paso, sin embargo nuestro intruso sonríe. Su trabajo es mortalmente serio, pero sonríe como un duende que se oculta tras la espesura del bosque. El esta consciente que puede pilotear aviones, saltar desde quinientos metros, camuflarse entre el enemigo, y por supuesto, llevarse toda la información ultrasecreta de los soviéticos en un diminuto micro chip. Es el único que puede lograr esta misión. Fue entrenado cuidadosamente para la presión del peligro. Tiene licencia para matar, de ser necesario. Sus enemigos le temen, sus colegas lo respetan y su jefe confía ciegamente en él. Es Bond… James Bond. Otro hombre entrenado para misiones únicas. Alguien que comienza… en el mismo sitio donde otros ni siquiera se animarían a entrar.
Las dos historias se parecen y tienen un denominador común: la misión. Es vencer o morir en el intento. De eso se trata la nueva generación que Dios esta levantando, nosotros quisimos reflejarla llamándola Generación Z. Una ultima generación de temerarios entrenados para la ultima y única misión: Llevar al mundo entero a los pies de Jesucristo. Son los Zelotes de ultraespionaje espiritual. Jamás retroceden, siempre están a la vanguardia. Que si tienen errores? por supuesto que si, pero eso no los detiene. Se levantarán una y otra vez. Ellos no están detrás de un puesto o un lugar de reconocimiento humano. Ellos saben que lo primordial esta en las almas perdidas. Mientras que otros se excusan o tratan de argumentar, ellos actúan. Cuando los demás le piden permiso al enemigo y tratan de llegar a una negociación, ellos simplemente lo invaden.
La Generación Z no esta formada por pasivos, son invasores por naturaleza. Invaden los colegios, predican en las facultades, y conmueven la universidad. Trastornan la nación, revolucionan su ciudad, hasta llenarlo todo de Jesucristo. El infierno ha puesto precio a sus cabezas, pero ellos simplemente sonríen porque saben para Quien trabajan. No son predecibles ni rutinarios, solo sorprenden. Son el ultimo escuadrón a quienes recurrir en situaciones límite. O mejor dicho, son los obreros de la undécima hora.
Sus métodos son diferentes, pero resultan. No tienen mentalidad de montón, son únicos en su estirpe, con licencia para atar demonios. Son los hombres de blanco que protegen la ciudad. Recuerden, cuando todos opinen que el evangelismo esta en crisis, o que no hay avivamiento, o que las fuerzas se agotaron… entonces, querido comisionado, limpia tus lentes y menciona la frase. Acaso la única que todos estén esperando en una situación critica: Llamen a la ultima Generación. A la «Generación Z».
Dante Gebel, «Generación Z»
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