nuevo-1Estudios Cristianos – Carácter y Unción 3

 

Pasaje clave: 1º Reyes 19:1-8.

 

Elías, después de la tremenda victoria que tuvo, experimentó dos emociones que casi lo dejan fuera del propósito de Dios: el enojo y el desánimo. Estas dos emociones tienen el poder de quitarnos la perseverancia en la comunión con Dios y en las metas que Él nos dio. Veamos en éste devocional, el desánimo y cómo tratar con él.

El Desánimo.

“El bajón es trasladar la fe a los sentidos”. Cuando empezamos a ver y a creer lo que ven nuestros ojos nos empezamos a bajonear.

“Viendo, pues, el peligro” (1º R. 19:3). A Elías se le activaron los sentidos físicos. Vio el peligro. Elías le empezó a creer a sus sentidos, le puso fe a lo que sus sentidos le decían y al hacerlo estaba sacando la fe de lo que Dios le había dicho.

Cuando le creemos a nuestros sentidos, le creemos a lo que el mundo nos dice e inmediatamente dejamos de creerle a Dios. Sacamos la fe de Dios y la ponemos en el mundo, entonces le abrimos puertas al desánimo y al bajón. Pero si somos hombres y mujeres de fe, la fe cree lo que Dios dice, entonces mantenemos la perseverancia.

Perseverancia tiene que ver con creer que lo que Dios nos prometió va a venir a nuestras vidas y nosotros insistimos, insistimos e insistimos, y no desmayamos hasta ver logrado aquello que Dios nos prometió. Hasta ver el cumplimiento de nuestro sueño.

Cuando perdemos las metas, los sueños que Dios nos dio, nos bajoneamos. Pero cuando hay metas, tenés fuego, tenés desafíos, tenés motivación para seguir. Por eso, cuando Elías se desanimó, Dios lo desafió con nuevas metas (1º R. 19:15-18).

Cuando tenés una meta, un sueño, vas a luchar hasta conquistarlo, y lo vas a hacer en tu tierra, en tu iglesia, porque nunca jamás vas a lograr un sueño solo. Hasta el mismo Elías necesitó del criado (1º R. 18:43-44).

“Necesitamos orar siempre y no desmayar” (Lc.18:1). No desmayar significa seguí orando hasta alcanzar lo que tenés que alcanzar. Sé un cabezón de la fe. Yo tengo estos sueños y hasta que no los logre no paro, y cuando los logre tendré otros sueños nuevos.

Para ser un hombre o una mujer de propósito y de fe tenés que tener sueños y dar tu vida por esos sueños y no meterte en la cueva y ser una persona perseverante, y cuando tus sentidos te dicen “todo esta peor”, Dios te dice “la gloria de Cristo ha nacido en tu vida, levántate y resplandece porque oirán y vendrán de las naciones y verán la luz que he puesto en tu vida”. Y lo creemos porque es Palabra de Dios.

Cada vez que Dios va a romper algo en los aires, cada vez que él va a ser algo grande, el diablo manda bajón. Cada vez que Dios vaya a hacer algo grande sobre tu vida, el diablo mandará espíritus sobre tu vida para bajonearte, hacerte dudar y hacerte perder las metas y los sueños.

Cuando me venga el bajón ahí es cuanto más debo servir.

A nuestros discípulos tenemos que decirles: ¡Vos tenés que congregarte, vos tenés que venir, vos tenés que servir! No los estamos retando, los estamos desafiando para que no sean mediocres espirituales el resto de sus vidas. No andamos por vista, andamos por fe.

Por Bernardo Stamateas

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