Estudios Bíblicos – Cántico Correcto, Lado Incorrecto 1

 

Israel estaba en una situación desesperada. Estaban atrapados, con el Mar Rojo por delante y las montañas a su derecha e izquierda. Un enojado Faraón con sus carros de acero estaba acercándose por detrás de ellos. Los hijos de Israel fueron conducidos por Dios hacia una horrible crisis donde quedaron rodeados por un enemigo feroz.  Por increíble que se vea, el Señor había guiado a su pueblo hacia este precario sitio con un propósito.  Yo creo que esta es una historia con gran importancia para la iglesia hoy.

Israel estaba atrapado, aparentemente sin ayuda. Y esto provocó pánico por todo el campamento de Israel. Las esposas y los niños lloraron, acurrucados alrededor de los padres y abuelos. Un grupo de airados ancianos descendió a su líder Moisés, acusándole, “¿No había suficientes tumbas en Egipto? ¿Nos has sacado hasta aquí para morir? Te dijimos en Egipto que nos dejaras en paz.  Mejor nos fuera haber sido esclavos de Faraón que morir en este miserable desierto”.

Me pregunto si Moisés habrá tenido un momento de duda en esa hora. Me lo figuro cayendo sobre sus rodillas, clamando: “Señor, ¿qué está pasando? ¿Será posible que sea esta tu voluntad para nosotros?”  Así parece que Dios reprendió a Moisés cuando le preguntó, “Moisés, ¿por qué clamas a mí?” Asombrosamente, en aquel oscuro momento Dios forjó un milagro de liberación para Israel. Repentinamente los vientos fueron despertados tan poderosamente que partieron el mar en dos. Con la milagrosa ruta de escape delante de ellos, el pueblo caminó sobre el fondo del mar en tierra seca. Después, cuando Faraón y su ejército intentaron seguirles, las olas cayeron, ahogándoles en las furiosas aguas. (Éxodo 14:30-31).

Le urjo a que note las siguientes palabras en este pasaje, porque ellas son el corazón mismo de este mensaje: “(Cuando) Israel vio aquel grande hecho…entonces  cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico” (Éxodo 14:3115:1). Cuando los israelitas vieron lo sucedido,  prorrumpieron sus tamborines y comenzaron a cantar un glorioso cántico de alabanza a Dios (Éxodo 15:1-2, 11).

ERA LA CANCION CORRECTA, PERO EL PUEBLO DE DIOS LA CANTO EN EL LADO EQUIVOCADO.

La canción de victoria de los israelitas no fue cantada en el lado correcto- esto es, el lado de la prueba- del Mar Rojo. En cambio, fue cantada después  que vieron el poder de Dios obrando- después  de que vino su liberación (Éxodo 15:14-15). Cuán seguro y poderoso el pueblo de Dios debe de haberse sentido en ese momento. Ellos cantaron sobre cómo serían temidos y respetados desde entonces. Fue como si dijeran, “Esto es un testimonio tan poderoso. Podemos alardear de que Dios nos sacó de una situación de absoluta desesperanza. Todo el mundo sabrá que el Señor está presente con nosotros en su imponente poder y fuerza”. Aún así este testimonio no fue el de los israelitas. Fue solamente de Dios (Éxodo 14:17-18).

Dios hizo que Egipto reconozca su poder. Mientras tanto, Israel falló su prueba. Sólo Moisés tenía el derecho de cantar en el lado victorioso de su situación. Dicho sencillamente, el pueblo estaba cantando el cántico correcto en el lado incorrecto.  Ellos tenían el testimonio de la liberación de Dios pero no el testimonio de haber confiado en él. 

Este canto de fe, fue un canto que Dios habría anhelado oírles cantar en el lado de la prueba. Cualquiera puede cantar después de haber obtenido la victoria, pero tal canto no es un testimonio de fe.

LA GRAN NECESIDAD PRESENTE ES CRISTIANOS QUE HAN APRENDIDO A CANTAR EL CÁNTICO DE LIBERACIÓN EN LA ORILLA DEL LADO DE LA PRUEBA

La situación de Israel en el Mar Rojo fue provocada por Dios como experiencia de aprendizaje para ellos, un momento para edificar su fe. La fe no es probada de otra manera, cuando todo va tranquilamente. Si Israel tan sólo hubiera recordado los milagros que Dios había hecho por ellos en Egipto. Si ellos solamente hubieran confiado en su palabra de que él los cargaría en sus brazos como un padre a su hijo. Si tan sólo unos pocos hubieran comenzado un cántico de adoración, el mismo que ellos cantaron luego, pero del lado equivocado. Si tan sólo el pueblo hubiera confiado en el Señor, gritando, “¡Él es mi fortaleza! Mi Dios triunfará. ¿Quién es como tú, oh Señor?” Dígame… ¿qué habría ocurrido? Ellos habrían establecido una fuerte, permanente fe en Dios. Pero Israel no cantó. En su lugar, ellos murmuraron y se quejaron. Ellos acusaron a Dios de abandono. Y perdieron toda confianza en su amor y cuidado por ellos.

(CONTINÚA…)

Por David Wilkerson

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