Estudios Cristianos – Cristo el Mediador: Su Obra 2

 

Continuemos.

Hebreos 7:26-27.

La obra de Cristo como Sumo Sacerdote es dife­rente en tres aspectos de la de los sacerdotes del Antiguo Testamento:

  • Él es perfectamente sin pecado.
  • El hizo un sacrificio que nunca necesitará ser repetido.
  • El sacrificio que ofreció fue el de su propia persona.

Hebreos 8:1

Cristo, el Sumo Sacerdote, está, desde su ascen­sión, a la diestra de Dios Padre.

Hebreos 9:11-15.

Nuevamente se pone énfasis en el hecho de que el sacrificio es Cristo mismo, y en que, una vez rea­lizado, nunca sería necesario repetirlo. El sacrifi­cio de Cristo fue infinito,

Hebreos 9:25-28.

Se pone énfasis nuevamente en el hecho de que su sacrificio se hizo «una vez por todas». De la misma manera que los hombres sólo mueren una vez, ciertamente no puede haber repetición del sacrificio de Cristo.

Hebreos 10:11-14.

El sacrificio se hizo «una vez por todas» y Cristo, el Sumo Sacerdote, se sienta ahora a la diestra de Dios Padre.

Hebreos 10:19-22.

Una vez que hemos aceptado a Cristo como nues­tro Salvador, nuestros pecados son lavados y po­demos tener confianza en la presencia del Santo Dios.

1 Pedro 3:18.

Pedro nos dice en la primera parte de este ver­sículo que Cristo padeció la muerte «una vez por todas». En griego, la expresión «una vez» significa «una vez por todas».

De esta manera, Pedro dice que no necesita haber, y no puede haber, una repetición del sacrificio de Cristo. De todos estos versículos que anteceden se hace evidente que Cristo, como nuestro Sacerdote, se dio a sí mismo como sacrificio expiatorio sobre la cruz del Calvario y así soportó el castigo que nosotros merecemos a causa de la culpa de nuestro pecado. Es también evidente que el sacri­ficio fue completo. Fue «una vez por todas». Aquellos que reciben el beneficio de la obra de Cristo son los que, por la gracia de Dios, aceptan a Jesús como su Salvador.

1 Juan 4:10.

La obra de Cristo es propiciatoria es decir; Jesu­cristo tomó el castigo que merecíamos nosotros a causa de nuestro pecado.

1 Juan 2:1.

Una vez que aceptamos a Cristo como nuestro Salvador, debemos luchar para no pecar, pero si ‘pecamos Cristo está a la diestra de Dios Padre intercediendo por nosotros como nuestro defensor. El sacrificio de Cristo en la cruz fue completo, pero El continúa ahora su obra de Sumo Sacerdote a la diestra de Dios Padre intercediendo por no­sotros.

Hebreos 9:24.

Cristo está en el cielo intercediendo por nosotros. ¡Qué consuelo!, ¡qué aliento!, ¡qué bendición!

Hebreos 7:25.

Al ser el sacrificio de Cristo perfecto, puede con­tinuar ahora su obra sacerdotal intercediendo por aquellos que le han aceptado como su Salvador.

Juan 17:9.

Esta es la oración de Sumo Sacerdote, de Cris­to, pronunciada en el momento anterior a su muer­te. En este versículo vemos que Cristo no intercede por todos. Intercede por aquellos que, por la gracia de Dios, le han aceptado como su Salvador.

Juan 17:20.

Cristo intercedió en ese momento, e intercede aho­ra en el cielo, por todos aquellos que le aceptan como su Salvador.

Romanos 8:34.

Una vez que hemos aceptado a Cristo como nues­tro Salvador, ni Satanás ni el hombre pueden condenarnos con éxito, pues:

  • Cristo murió por nosotros.
  • El intercede ahora por nosotros.

La intercesión de Cristo en el cielo se basa en la expiación propiciatoria que El llevó a cabo por nosotros cuando murió en la cruz. La intercesión de Cristo por nosotros nunca puede fracasar, pues por su muerte sobre la cruz Él es digno de todo lo que pide en beneficio nuestro. Cristo es nuestro Sacer­dote, no necesitamos ningún otro.

 

C. Cristo Como Rey.

Génesis 49:10.

Aquí tenemos la promesa de que el Mesías veni­dero sería Rey.

2 Samuel 7:16.

El Señor dijo a David que el Mesías venidero nacería de entre sus descendientes; así pues, el Mesías pertenecía a la línea real.

Salmo 2:6.

Aquí se dice, nuevamente, que el Mesías venidero será Rey.

Isaías 9:6-7.

Generalmente, utilizamos éste como uno de los versículos de Navidad. Observen que dice, especí­ficamente, que el Mesías venidero será de la línea de David. El será un Rey.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “25 Estudios Bíblicos Básicos”

Por Francis Schaeffer

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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