Estudios Cristianos – El Carácter del Líder 2
Continuemos.
N. El tragador. Acostumbra «tragarse» sus enojos pero en su mente sigue «masticando» su disgusto. No le gusta enfrentarse con los demás pero en su imaginación sigue discutiendo con sus supuestos o reales adversarios. A veces esta actitud escapista y enfermiza puede causarle una depresión u otros conflictos emocionales porque no sabe enfrentar sanamente sus problemas y teme que Dios lo castigue por no saber salir del pozo.
Para estos «espejos» hemos tenido la ayuda de los distinguidos psicólogos evangélicos doctores Bob Phillips y Tim LaEaye. Puede ser que tengas, tal vez, una combinación de estos defectos. ¡Examínate con sinceridad!
2. ¿Cuándo te Enojaste por Última Vez?
¿Cuál fue la última vez que me enojé y por qué?
¿Qué hice cuando me enojé?
- ( ) grité
- ( ) tiré cosas
- ( ) di golpes a algo o a alguien
- ( ) guardé silencio
- ( ) me fui
- ( ) lloré
- ( ) hablé con otros
- ( ) puse «mala cara»
- ( ) prometí vengarme o desquitarme
- ( ) corté mis relaciones con alguien.
Ahora analiza tus respuestas:
¿Puedes identificarte con uno o varios de los «espejos» detallados en el punto anterior?
¿Cuál o cuáles?
Debes preguntarte si está bien que un líder de grupo tenga esas reacciones y pensar qué harías si crees que debes corregirlas.
Preguntas íntimas:
- ¿Tienes frecuentes ataques de rabia o «pataletas» causadas por el enojo?
- ¿Crees que la culpa siempre la tienen los demás?.
- ¿Qué harías si en tu grupo algo o alguien te disgusta?
- ¿Acostumbras decir malas palabras cuando te enojas? ¿Cuáles? ¿Por qué?
- ¿Acusas a otros para defenderte cuando te reprenden justificadamente?
Ejemplo práctico. Estás dirigiendo un grupo de crecimiento. En el momento de comenzar la tarea llega un creyente autosuficiente y te dice (mientras todos lo oyen): «Vengo a darte una mano porque tú sabes muy poco de estas cosas y casi nada de Biblia».
- ¿Cuál sería tu reacción?
- ¿Qué pensarías y qué dirías?
- ¿Cómo te sentirías durante y después de la reunión con el grupo?
- ¿Puedes verte en alguno de los «espejos» del primer punto?
3. ¿Por qué es tan Difícil Perdonar un Agravio?
Hay una gran diferencia entre decir que perdonamos y perdonar de veras. Ciertamente es muy difícil tratar de perdonar (o aparentar que uno perdona), pero es mucho más difícil perdonar de verdad. Un pretexto de muchos cristianos inmaduros es: «Si yo perdonara a alguien cuando no tengo ganas de hacerlo sería un hipócrita». Eso es un grave error, pues perdonar no depende de nuestros deseos sino que es un acto de obediencia al Señor (leer Mateo 6:12,14-15, Mateo 18:21-22 y 2322 y 23-35, Marcos 11:25-26, Lucas 6:37, Efesios 4:32, Colosenses 3:12-13).
La desobediencia a estas instrucciones de la Palabra de Dios impide el poder en la oración. ¡Tienes que revisar tu corazón!
En Romanos 12:16-21 hay mandamientos que todo líder debe respetar en cuanto a sus relaciones personales. El auténtico fruto del Espíritu Santo es el cumplimiento de estas instrucciones porque así el líder verdadero (y todo cristiano auténtico) refleja en su plenitud el carácter de Cristo.
El co-autor Dr. David Augsburger dice: «El perdón no es una «amnesia sagrada» que borra el pasado, sino la experiencia sanadora que elimina el veneno. Se podrá recordar la ofensa pero será imposible revivir el dolor». Y agrega: «tal vez vuele nuevamente la avispa del recuerdo pero el perdón le habrá quitado el aguijón».
Escriba a continuación el nombre de personas que Ud. debe PERDONAR, estén cerca o lejos, aquí o en otra ciudad, cualquiera sea su ofensa real o imaginaria.
Por Samuel O. Libert
Demasiado bueno! jajajajaja me encanto!
Hola Kcadena. ¡¡Bienvenido!! Gracias!!!