Estudios Bíblicos – El Dios Inmutable
Vez tras vez nos preguntamos qué aplicación pueden tener para nosotros las cosas que leemos en la Biblia, dado que sucedieron hace miles de años. Es cierto que en términos de espacio, tiempo y cultura, hay enormes distancias entre los personajes bíblicos y nosotros, pero el vínculo entre ellos y nosotros es Dios mismo. Porque el Dios con el que estaban relacionados ellos es el mismo Dios con el que tenemos que relacionarnos nosotros, es exactamente el mismo Dios, por cuanto Dios no cambias en lo más mínimo. Dios es inmutable.
1. La vida de Dios no cambia.
(Sal.90:2, 93:2, 102:26-27, Is.48:12, Jer.10:10, Ro.1:23, 1º Tim.6:16). Él existe para siempre, nunca cambia. No envejece. No crece ni decrece. No aumentan su sabiduría y poder ni disminuyen. Es inmutable y jamás puede dejar de ser lo que es (Hb.7:16).
2. El carácter de Dios no cambia.
Nada puede cambiar el carácter de Dios. Es hoy exactamente como lo fue en los tiempos bíblicos. Cuando Dios le revela a Moisés su nombre en Ex.3:14-15, es una revelación de lo que él es en relación a los hombres. No es una descripción de Dios, sino una declaración de su existencia autónoma y de su eterna inmutabilidad. Una manera de recordarnos que él tiene vida en sí mismo y de que lo que es ahora, lo es eternamente (Ex.34:5-7, Stg.1:17).
3. La verdad de Dios no cambia.
Ella permanece para siempre como inalterables expresiones válidas de su pensamiento (Is.40:5-8, Sal.119:89, 151, Jn.10:35).
4. La manera de obrar de Dios no cambia.
Dios sigue actuando en la actualidad como lo hacía en los tiempos bíblicos. Sigue bendiciendo, sigue odiando el pecado, sigue buscando comunicarse con el ser humano, sigue enseñándole al creyente para formarlo a la semejanza de Jesús. Sus metas y los principios en que basa su acción permanecen constantes.
5. Los propósitos de Dios no cambian.
(1ºS.15:29, Nm.23:19). En estos pasajes “arrepentirse” significa revisar los juicios que hemos hecho y cambiar el plan de acción. Dios jamás hace esto, ya que sus planes están basados en su conocimiento perfecto de todas las cosas, sean pasadas, presentes o futuras, de manera que nada puede tomarlo por sorpresa (Sal.33:11).
Lo que Dios hace en el tiempo lo planificó desde la eternidad, y todo lo que planificó en la eternidad lo lleva a cabo en el tiempo. Ningún aspecto de su plan eterno cambia.
Es cierto que hay una serie de textos (Gn.6:6, 1ºS.15:11, 2ºS.24:16, Jonás 3:10, Joel 2:13) que dicen que Dios “se arrepintió”. Pero estos pasajes no implican que Dios hubiese sido tomado por sorpresa y que tales conductas o reacciones no estaban previstas en su plan eterno. Cuando Dios comienza a tratar a un hombre de modo diferente no implica un cambio en sus propósitos eternos.
¿Dónde queda entonces, esa sensación de lejanía y distancia ente los personajes bíblicos y nosotros? Queda excluida. ¿Sobre qué base? Sobre la base de la inmutabilidad de Dios. Él no cambia.
Extracto del libro «Conociendo a Dios»
Por J. I. Packer
Adaptado por Edgardo Tosoni