Estudios Cristianos – El Líder y la Culpa 2

 

Continuemos.

F. «Criticar continuamente a otros». A menudo nuestra permanente crítica a otros sólo es un disfraz para ocultar nuestra propia culpa. A veces somos culpables de las mismas cosas que criticamos en otros (ver el caso de Judá y Tamar (Génesis 38, sobre todo los vs.24 al 2624 al 26). La proyección inconsciente de nuestras propias tendencias y faltas sobre los demás es un proceso psicológico muy común. A veces puede ser usado para no llamar la atención sobre nuestros propios defectos y pecados.

G. “Mal ajuste sexual”. Las relaciones sexuales prematrimoniales y extramatrimoniales producen un sentimiento de culpa que se disfraza bajo desajustes sexuales como la frigidez, la impotencia, la insatisfacción, el permanente cambio de pareja, la mas­turbación, las fantasías eróticas, la homosexualidad, etc. A veces la frigidez y la impotencia tienen causas puramente físicas. Sin embargo, especialmente en la juven­tud y en las primeras etapas de la madurez, puede haber causas emocionales.

H. “Obsesión por el dinero y los bienes materiales”. Es un disfraz que actúa a veces como una droga, porque así tratamos de silenciar nuestros sentimientos de culpa, so­bornando nuestra propia conciencia y aun la conciencia de los demás, si es posible

I. “Alcoholismo, toxicomanías, drogadicción”. Las toxicomanías son fármaco-dependencias que hacen que necesitemos imperiosamente algún psicofármaco para «sentirnos bien». Y ya sabemos qué son tanto el alcoholismo como la drogadicción. Son recursos mortales, o casi mortales, para disfrazar el sentimiento de culpa.

J. “Orgullo, soberbia y/o falsa humildad”. Es fácil darnos cuenta del orgullo, la sober­bia y afines. Pero a veces la falsa humildad pasa inadvertida. No siempre es actitud hipócrita. Muchas veces es un deseo de ser castigado por Dios y una tendencia al autocastigo, a la autodestrucción, que suele expresarse en autodesprecio.

 

2. Algunas Soluciones Para el Sentimiento de Culpa.

A. Tenemos que amarnos a nosotros mismos (Mateo 22:39). «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». No somos gusanos indignos sino seres creados y amados por Dios (ver Salmo 8 y8 y Juan 3:16, 1º Juan 3:1). Si nos despreciamos a nosotros mismos, desobedecemos a Dios. ¡Reconozcamos que para Dios nosotros somos muy importantes!…

B. Tenemos que esperar que algo bueno tiene que pasar con nosotros (Filipenses 1:6), Si hemos puesto nuestra fe en Cristo y hemos sido ungidos por el Espíritu Santo, pese a nuestras imperfecciones el Señor nos hará crecer hasta alcanzar la madurez. En vez de vivir lamentándonos, estudiemos la Biblia, oremos, vivamos una vida cristiana en sujeción al Espíritu Santo, respetando la «cadena de mando».

C. Tenemos que repudiar nuestro pecado, sin repudiarnos a nosotros mismos (Gálatas 5:24-25). Debemos reconocer honestamente nuestras culpas, sin reprimirlas. Es preciso sacarlas a la luz, confesarlas a Dios, aceptar su perdón y perdonarnos a nosotros mismos después que él nos haya perdonado. ¡No mastiquemos nuestras culpas! Nuestra personalidad es renovada por el Espíritu Santo. (Comparar también 1º Juan 1:5-10). Sin embargo, no sea masoquista, no use la confesión como autocastigo ni como un recurso emocional para «salir del paso» en reuniones especiales, congresos, etcétera.

D. Tenemos que aceptar la terapia espiritual y compartir nuestra carga con otros (Gál.6:2).Si no podemos salir solos de la maraña de nuestros sentimientos de culpa acuda a un consejero cristiano experto en terapia espiritual. Cuéntele su problema, sin acusar a otros. Sea honesto consigo mismo, con Dios, con su consejero. Acepte la ayuda, la orientación, la terapia espiritual que le propongan, con toda humildad.

Por Samuel O. Libert

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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