Predicaciones – La Ley de la Expectativa (La Vida de Tomás) 1

 

Pasaje clave: Juan 11:15, 14: 4, 20:27.

Tomás aparece en tres relatos:

1º Relato: Jesús estaba con sus discípulos predicando a mucha gente y le trajeron la noticia de que Lázaro estaba enfermo y, en vez de ir rápidamente, se quedó predicando. Pasaron dos días y Lázaro murió.

Le dijo a los discípulos (entre ellos estaba Tomás): “Vamos a despertarlo, no está muerto, duerme”.
En el lugar donde Lázaro había muerto lo buscaban a Jesús para matarlo, entonces Tomás dijo: “Iremos y moriremos contigo”.

2º Relato: Jesús les dijo: “En la casa de mi Padre muchas moradas hay, Dios las ha preparado, pero yo iré a preparar unas mansiones para ustedes. Ya saben el camino y saben adónde voy”. Y Tomás le dijo: “No sabemos adónde vas y no sabemos el camino”.

3º Relato: Cuando Jesús resucitó se apareció a los discípulos y Tomás no estaba allí. Cuando le contaron que estuvieron con el Señor resucitado no les creyó, y dijo: “Si no toco no creo”.
Pasaron ocho días y nuevamente estaban en el aposento alto y el Señor traspasó la puerta cerrada y dijo: “Tomás, toca mis manos, mi costado, no seas incrédulo, se creyente”.

La Fe funciona en dos planos: en Dios y en mí.

Humanismo es malo porque dice: “Creé en vos, Dios no sirve”.

Legalismo es malo porque dice: “Creé en Dios, vos no servís”.

La fe verdadera es fe en Dios y fe en vos. Siempre que Dios imparte fe divina se mezclará con la fe en vos.

El problema de mucha gente es que creen en Dios pero no creen que ellos puedan lograrlo. Cuando los israelitas investigaron la tierra, dijeron: “Nuestro Dios es el Dios Todopoderoso, pero nosotros éramos como langostas al lado de ellos que eran gigantes”. Creían en Dios pero no creían que ellos eran poderosos.

Fe en mí no es auto exaltación, no es narcisismo, no es auto promoción, tampoco es auto desprecio.
Durante años el legalismo lo único que enseñó era que había que creer en Dios y nosotros éramos una porquería. Así mucha gente cree en Dios pero no cree en sí mismo y cuando Dios les da un desafío no pueden lograrlo porque no se ven capaces de alcanzarlo.

Fe tiene dos Elementos: un Don y una Actitud.

La fe es dada por Dios, es un don y la actitud de la persona; o sea tiene una parte divina y una humana.

Surge un gran misterio: ¿Vos encontraste a Dios o Dios te encontró a vos?

Algunos dicen: Dios me encontró. El apóstol Felipe dijo: “Hemos hallado al Mesías” y Jesús dijo: “Encontré a Felipe”; las dos son verdades. Él me encontró (es la parte divina), yo lo encontré (es la parte humana).

La fe tiene un elemento sobrenatural que Dios imparte (fe de Dios) y también una fe humana, al tener fe en Jesucristo hay algo que tenemos que hacer. Cuando Jesús eligió a los doce, no era solamente para que crean en Dios sino para que crean en ellos.

Natanael era un prejuicioso, cuando Felipe le dijo que habían hallado al Mesías que era el hijo de José de Nazaret, dijo: “¿De Nazaret puede salir algo bueno?” pero Felipe lo invitó a verlo, y cuando Natanael llegó, Jesús le dijo: “He aquí un verdadero israelita en quien no hay engaño”.

Jesús focalizó lo bueno de Natanael. En otro momento Jesús iba caminando y Zaqueo que era un ladrón, cobrador de impuestos, estaba arriba de un árbol y Jesús lo vio le dijo: “Zaqueo quiero ir a comer a tu casa”. Con esa frase Zaqueo se sintió aceptado, amado.

Jesús le dio una palabra positiva, de fe en sí mismo. Y Zaqueo pensó que si Jesús quería comer en su casa no sería tan malo, “Él me ama como yo soy, entonces voy a cambiar”.

 

Todo empieza cuando uno cree en sí.

El legalismo nos enseñó toda la vida que “hay que creer en Dios” pero creer en uno era humanismo, porque éramos una basura, no servíamos para nada, éramos “gusanos de Jacob”, inservibles.

Pero hemos entendido que debemos tener fe en Dios y fe en nosotros. Efesios 1 cita quienes somos en Cristo Jesús:

  • “Estamos bendecidos con toda bendición”
  • “Dios nos escogió desde antes de la fundación del mundo” (Estamos predestinados al éxito desde antes de ser creados).
  • “Estamos sentados en lugares celestiales, de autoridad porque “soy un hijo del rey”.
  • “Tenemos redención por su sangre”.
  • “Estamos perdonados de nuestros pecados”.
  • “Tenemos abundante gracia”.
  • “Sabiduría de abundancia”.
  • “Nos hizo conocer sus misterios”.
  • “Somos herederos de las promesas”.
  • “Todo lo podemos en Cristo”.
  • “Todo nos saldrá bien”.

Esa es nuestra posición en Cristo. Estamos capacitados para lograr ¡todo!

(CONTINÚA…)

Por Bernardo Stamateas

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