UNA PERSONA INMUTABLE Y UN REINO INCONMOVIBLE

Uno de los mayores problemas en la Iglesia es que ha sido atrapada pre­dicando algo que el Señor nunca le dijo que predicara. Él nos dijo que predicáramos las buenas nuevas del Reino, pero nosotros hemos enfocado el mensaje exclusivamente en Jesús como la puerta. Predicamos su muerte en la cruz por nuestros pecados y su resurrección como la garantía de nuestra vida eterna. Todo esto ciertamente es verdad, y efectivamente son buenas nuevas, pero no es todo el evangelio que Jesús nos dijo que predicáramos. Él nos dijo que predicáramos el Reino. Jesús es el que vino a proclamar el Reino y es el único que nos proveyó la entrada a través de su muerte. Pero nos hemos vuelto tan obsesivos predicando de la puerta que nunca hemos salido de allí para contarles de la vida puertas adentro. Ese es el mensaje que Jesús nos ordenó predicar. Jesús es el Rey que reina sobre el Reino. Debemos hacerle saber al mundo que hay un Reino al que ellos pueden entrar y que cambiará radicalmente el orden total de sus vidas.

Una de las razones por las que la Iglesia no es más efectiva al alcanzar las naciones es porque no estamos predicando el mensaje que ellos necesitan escuchar. La gente en todo el mundo está buscando el Reino de Dios, aun cuando no son conscientes de ello. Todos quieren poder. Desafortunadamente han buscado ese poder a través del dinero o el estatus en la vida.

Estas cosas, como muchos se están dando cuenta, no nos dan el poder que realmente buscamos. No nos dan el poder de alcanzar la felicidad o de controlar las influencias negativas de nuestras vidas. En sus mismas manos, la iglesia tiene el mensaje que llevará a la gente al poder que están buscando. Ese mensaje es el evangelio del Rey y su Reino. Lamentablemente, muchos en la Iglesia han descubierto al Rey, pero no tienen ni la menor idea sobre el Reino que Él vino a traer a la humanidad.

La gente responderá al mensaje de que hay un Reino de vida, poder, autoridad y gozo, que está completamente disponible para ellos. Este Reino es la respuesta a todos sus sueños. Es la fuente de poder que ha estado bus­cando. El Reino de Dios les dará el valor para enfrentar todas las presiones de vivir en un mundo postmoderno. Es triste que un gran porcentaje de cristianos no hayan experimentado las realidades del Reino de Dios, mucho menos se hayan comprometido para transmitir este mensaje.

¿QUE ES LO QUE JESUS PREDICO?

Cuando Nicodemo buscó a Jesús en la noche para hacerle preguntas en privado, no estaba en verdad buscando a una persona; estaba buscando un Reino. Él había reconocido el poder de Dios en acción en la vida y las actividades de Jesús, y eso había despertado su curiosidad. Se dio cuenta de que Jesús había penetrado en una dimensión de realidad espiritual que él nunca había experimentado. (Juan 3:1-7).

En efecto, Nicodemo estaba diciendo: “Veo el Reino de Dios en acción en tu vida. ¿Cómo puedo alcanzarlo?». Jesús le respondió diciendo él tenía que entrar al Reino, naciendo de nuevo. En el versículo 3 cuando Jesús le dice: «De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el Reino de Dios», la palabra griega para «ver» (eido) significa ver en el sentido de conocer, percibir o entender. Jesús declara explícitamente en el versículo 5 que sin nacer de nuevo del Espíritu nadie «puede entrar al Reino de Dios».

Jesús habló de nacer de nuevo en respuesta a la pregunta de Nicode­mo. No hay evidencia bíblica, sin embargo, de que Jesús alguna vez haya hecho del nacer de nuevo el enfoque de su mensaje a las multitudes que lo seguían por todas partes. El corazón del mensaje de Jesús no era sobre nacer de nuevo; Él predicó sobre el Reino de Dios. Raramente, habló sobre la cruz o muchos otros temas que han llenado el lugar en nuestros sermo­nes. Él enseñó esas cosas a sus seguidores y a otros que vinieron buscando más conocimiento. Su mensaje era bastante diferente cuando trataba con los escribas y fariseos que lo desafiaban. Pero con la gente común, Jesús les predicaba el Reino de Dios.

Extracto del libro Redescubriendo el Reino

Por Myles Munroe

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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