El diseño establecido de Dios fue interrumpido por la caída del hombre. Por causa de su desobediencia, Adán y Eva abdicaron su trono de gobierno terrenal cediéndoselo a Satanás, el arquitecto e instigador de su caída. Esto dio origen a un reino falso que la Biblia denomina «él reinó de las tinieblas”, el cual está en constante conflicto con el Reino de Dios. Cuando el hombre escogió algo que no era la voluntad de Dios, creó un gran disturbio en la fuerza e inició un tiempo de gran oscuridad.

Con frecuencia a lo largo de La Biblia, la palabra oscuridad es usada como símbolo de ignorancia, mientras que la palabra luz representa el conoci­miento. El reino de las tinieblas, entonces, es «un dominio donde el rey rige por la ignorancia; no en ignorancia, sino por ella». Satanás gobierna en su reino de oscuridad manteniendo a sus «súbditos» en estado de ignorancia de la verdadera naturaleza de su medioambiente y de la existencia del Reino de Dios. Él llena sus mentes de mentiras y engaños. Satanás controla a sus súbditos manteniéndolos «en la oscuridad» respecto de la verdad espiritual. Ciega sus mentes para que nunca comprendan las gloriosas buenas nuevas de Jesús y del Reino de los cielos.

El apóstol Pablo lo expresó de este modo: «El dios de este mundo ha cegado la mente de estos incrédulos, para que no vean la luz del glorioso evangelio de Cristo, el cual es la imagen de Dios»(2 Corintios 4:4)

En contraste con la oscuridad de la ignorancia, la luz simboliza el cono­cimiento. El Reino de Dios es un reino de luz, la luz del conocimiento del Señor. Proverbios 1:7 dice: «E! temor del Señor es e! principio del conocimien­to; los necios desprecian la sabiduría y la disciplina» (énfasis del autor). En este versículo, la palabra necio se refiere a «gente moralmente deficiente». El Reino de luz de Dios trae el conocimiento de la gracia, el perdón y la sal­vación en Cristo. En su carta a los creyentes de la ciudad de Colosas, Pablo escribió de Dios: «dando gracias al Padre. Él los ha facultado para participar de la herencia de los santos en el reino de la luz. Él nos libró del dominio de la oscuridad y nos trasladó al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención, el perdón de pecados» (Colosenses 1:12-14).

Oscuridad y luz -ignorancia y conocimiento- son opuestos que existen en un conflicto constante entre sí. O caminamos en la oscuridad de la igno­rancia o en la luz del conocimiento. Los dos juntos no pueden coexistir.

CREAR UNA LUZ EN LOS LUGARES OSCUROS

Ya he dejado en claro que hay dos reinos con los cuales debemos tratar cada día. Uno es un reino falsificado de oscuridad, controlado por un príncipe falso que gobierna por el poder del engaño reforzado por la ignorancia. El otro es un verdadero y legítimo Reino gobernado por el Rey de reyes y Señor de señores, quien reina por el poder de la luz, el conocimiento y la verdad.

El plan de Dios es restaurar su diseño original para regir en el plano terre­nal desde el plano celestial. Este plan es cumplido mediante seres humanos que ejercitan adecuadamente su dominio sobre la Tierra. Para que podamos cumplir nuestro destino, debemos derribar a Satanás del trono del dominio terrenal que él capturó ilegalmente. Desde un punto de vista espiritual, esto ya ha ocurrido a través de la muerte y resurrección de Jesucristo (1 Juan 3:8).

La muerte de Jesús en la cruz quebró el poder del pecado para siempre; su resurrección de la tumba conquistó al muerte por todos los siglos: «¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley. ¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!» (1 Corintios 15:55-57).

En un sentido práctico, desde la «cabecera de playa» que Jesús estableció en el Calvario, debemos avanzar en un ataque mancomunado para liberar a la humanidad del yugo del diablo y su maligno reino de oscuridad. Los que estamos en Cristo deberíamos trabajar para eliminar la ignorancia de aque­llos que están atrapados todavía en la oscuridad de los engaños de Satanás. El antídoto contra la ignorancia es el conocimiento. El conocimiento viene de la verdad, y la verdad trae liberación.

Jesús dijo: «Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres… Ciertamente les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado. Ahora bien, el esclavo no se queda para siempre en la familia; pero el hijo sí se queda en ella para siempre. Así que si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres»(Juan 8:31-32, 34-36).

Extracto del libro Redescubriendo el Reino

Por Myles Munroe

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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