Predicaciones – Una Vida Disciplinada 2

 

Continuemos.

Disciplinando los Hábitos.

Una de las pruebas más duras de la disciplina es cambiar los malos hábitos. Muestres hábitos pueden trabajar a favor o en contra nuestro y peor  aun cuando lo hacen en contra del propósito de Dios. Los que adquirimos serán aquellos que colaboren con este propósito eterno de dios. Serán controlados y corregidos bajo esta perspectiva.

«El hombre buenos del buen tesoro de su corazón saca buenas cosas» (Mt.12:35). El bien que saca es la suma total de buenos hábitos acumulados. Estos no solo hacen bien a los demás, sino a la misma persona que los ejercita, la «dignifica. Pero «el hombre malo del mal tesoro de su corazón saca cosas malas». Todo pensamiento malo, toda actitud mala, todo acto malo, etc., entra a formar parte del «mal tesoro» que regirá nuestro destino. Es necesario construir un conjunto de buenos hábitos, de manera que podamos tomar siempre el camino cristiano sin pensarlo.

Pasemos a ver una lista (incompleta) de malos hábitos:

  • Lo sexual cuando las intenciones son pecaminosas.
  • Seguir la línea de la menor resistencia, en lugar de mantener a todo trance los principios.
  • Evadir responsabilidades, excusándonos cuando se nos presentan.
  • El negativismo de poner siempre objeciones a planes constructivos.
  • La crítica de buscar fallas en los demás.
  • El estado de auto referencia: «Cuánto me afectará a mí».
  • El compararnos con los demás en vez de hacerlo con Cristo y la voluntad de ~ Dios.
  • Levantarse tarde.
  • Dejar las cosas a la mitad.
  • Llegar siempre tarde a los compromisos
  • No decir siempre la verdad.
  • La exageración.
  • No obedecer inmediatamente.
  • Ser desordenado.
  • Esperar siempre a ser servido.
  • Ser ventajista.
  • Despilfarrar el dinero o la avaricia.
  • No ser limpio.
  • Acostarse siempre tarde.
  • Sin tiempo consecuente con Dios, su Palabra y su Obra, etc.

 

Al disciplinar los hábitos tenemos que trabajar con ellos uno a uno. Los presentaremos al Señor confesándolos como pecaminosos. Un mal hábito es una acción rodeada de malas actitudes que son pecaminosas por ejemplo: ¿Qué es ser desordenado? Es ser ventajista, esperar que otro ordene lo que desordenamos; es comodidad, que otro lo haga por él; es pereza, cree que ahora está cansado, lo hará después; es egoísmo, es descuido de lo que Dios da.

A los malos hábitos tenemos que tratarlos como malos, sin compasión y ser implacables con ellos. Servirán de ayuda personas cercanas que nos recuerden y nos reprendan cuando vean aparecer el mal hábito, no nos enojamos, sino tendremos que tratar con el enojo.

Un mal hábito es difícil que ceda con nuestra voluntad, es el poder de Dios quien lo hará, solo que la disciplina es fe en acción, fe que es obra (Stg.2:26), y Dios respalda esto. Realmente algo ha sido creído cuando es disciplinado en nosotros.

No olvidemos que todo el mundo tiene alguna forma de disciplina, aún la indisciplina es disciplina, pero venida del infierno. El pecador hace honor a lo  que es, en hechos, palabras y pensamientos está disciplinado en lo que es. Entonces la disciplina de nuestra vida procederá de Dios y su propósito o de Satanás y su sistema.

 

Animo con la Disciplina

A causa de muchos fracasos hay tantas claudicaciones. Por si esto anima, quizá hacen falta algunos fracasos más para que la vida comience a andar rítmicamente. Lo que perseguíais es lo más excelente, el precio es alto, así que algunos buenos fracasos serán parte del costo antes de conseguirlo, también ayudará a cuidarlo.

Que se hace ante un fracaso. Dos cosas: Una amargarnos, bien amargados, pero no tipo, depresión, sino tipo indignación. La  otra cosa es «mañana empiezo de nuevo». ¿Cuántas veces comenzaremos de nuevo? 1, 5, 10, 50, 500, 1000, 5000 veces, hasta lograr el ritmo.

Algunos dirán: «con algunas cosas estaré toda la vida empezando». Vale la pena, porque aunque arranquemos el último día de nuestra vida, lo que comenzó tendrá valor eterno. Repetimos, la disciplina al principio hay que imponerla, hasta que eche raía y esté funcionando escondida. Como lo están las reglas al violinista, pero parece que toca por la virtud de su inspiración.

 

Cuando Comenzamos.

Ahora mismo, si realmente queremos algo, lo queremos ahora mismo, sino no lo queremos. Sea esta vida disciplinada, nuestra ofrenda dedicada a Dios, ese sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que no se conforma a este siglo, con entendimiento que renueva v empezamos a gustar y a deleitarnos en la voluntad  de Dios (Ro.12:1-2).

Otra vez, el propósito final de la disciplina es ser como Jesús. «El discípulo no es superior a su maestro, más todo el que fuere perfeccionado será como su maestro» (Lc.6:40).

Por Pastor Victor Rodríguez

Artículo anteriorDevocional – FELICES… ¡DE VERDAD!
Artículo siguienteEstudios Bíblicos – UNA VIDA DISCIPLINADA 1

5 Comentarios

  1. asi es dijo DIOS que las cosas pasarian pero su palabra es eterna y podemos seguir aprendiendo todos los dias
    gloria a DIOS por estos estudios y por quien tuvo el tiempo de publicarlos que DIOS los siga bendiciendo

  2. No cabe duda que el señor habla a tiempo y fuera de tiempo y que el es el mismo de Ayer hoy y siempre apesar que este estudio a sido escrito desdes el 2011 encontrarlo para mi ahora es de gran bendición para mi vida es algo que es señor esta tratando con mi vida personal 😇

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingresa para comentar!
Por favor ingresa tu nombre