me-sacare-todas-las-mascarasEstudios Bíblicos – Me Sacaré Todas las Máscaras 2

 

Continuemos.

Para ser libre de las máscaras y ser yo mismo:

1. Reaccionaré a la voz correcta.

A lo largo del día oímos muchas voces, pero debemos saber a que voz reaccionar. Si nos sentimos mal es porque reaccionamos a la voz incorrecta.

Solamente debemos reaccionar a dos voces: a la voz de Dios y a la voz del mentor.

A. A la Voz de Dios.

Jeremías dijo: «Yo soy un niño». Tenía la máscara del «no puedo, soy un niño». Y en primer lugar Dios le respondió: «Jeremías sacate esa máscara porque antes que te formase Yo te conocí.»
Te formó la cultura, la gente, pero yo no te hablo de lo que los demás formaron en vos sino te digo que es mentira, porque «antes que te dieran forma Yo te conocí, te bendije, te escogí, te llamé, te levanté como profeta a las naciones y mi presencia estuvo contigo».

Nadie debe determinar quién sos, sólo Dios porque es el único que te conoce. Dios nunca aceptó que un hombre hablara despectivamente de sí mismo.

Cuando Dios trata con tu vida te saca todas las máscaras que «te pusieron» y te dirá quién sos en realidad: un profeta  que te llevará a las naciones, una columna de hierro, una puerta de bronce y nadie te podrá hacer frente porque todos los que peleen contra ti perderán.

Reaccioná a la voz de Dios diciendo: «Lo creo Señor».

B. A la Voz de tu Mentor.

Mentor es el que está delante de ti y reconfirmará la Voz de Dios.

Cuando no reacciones a Su voz, Dios enviará a alguien que está delante de ti para recordarte quién sos: que todo lo podés en Cristo, que no hay obstáculos que te limiten, que no hay enfermedad que pueda contra vos, porque antes que la enfermedad se forme en tu cuerpo Dios ya te conoció; antes que te metieran miedo o ansiedad, te dio como profeta a las naciones.

El mentor es el que ya alcanzó tu sueño.

Debes tener un mentor familiar (alguien que tiene una familia mejor, que es mejor papá),
mentores en la economía, espirituales y en todas las áreas, y Dios lo usará para expandir tu mente.

Lee 3º Juan 2. Dios ligó tu prosperidad al crecimiento de tu mente.  «Yo deseo que prosperes en todo como prospera tu mente», es que si tu mente prospera, tu vida crece. Dios y el mentor se meterán en tu mente para desafiar las creencias que te limitan, para volarlas, quebrarlas y que sea llena de fe, para que se extienda y crea lo que Dios dijo.

 

2. Mezclaré mi debilidad con lo opuesto.

Yo pensaba que exitoso era alguien que tenía miedo y cuando se los sacaba lograba el éxito; o que era ansioso y cuando Dios llevaba toda su ansiedad, lo lograba. Pero descubrí que: «No tenemos que sacar la debilidad, ni mejorarla,  sino mezclarle lo opuesto».

Por ejemplo:

  • Si tenemos miedos, debemos mezclarle tenacidad. Pablo dijo: «Diga el débil, fuerte soy«.
  • Los que viven analizando todas las cosas, deben mezclarle riesgo.
  • Al fracaso, mezclarle éxito.
  • Al aprendiz, mezclarle visión.

Lo opuesto. Juntarse con gente que tiene lo que nos falta para recibirlo por ósmosis. No ocultes tu debilidad, mezcla  lo opuesto y tendrás el éxito esperado.

 

3. Tengo algo más grande que yo mismo, mi sueño.

Jeremías dijo: «soy un nene» y Dios le respondió: «no Jeremías, sos un hombre y te llevaré a las naciones». Irás donde nunca fuiste. Tu trabajo y vocación no serán todo lo que Dios te llamó hacer sino el sueño será más grande que tu trabajo.

  • Nehemías era mozo pero hizo una ciudad.
  • Pedro era pescador y trajo un avivamiento.
  • Moisés fue un pastor y se hizo libertador.
  • Pablo hacía tiendas y escribió 13 libros del Nuevo Testamento.
  • Josué era un soldado y tomó la tierra prometida.
  • Amós juntaba higos y fue un profeta de Dios.

Dios te da un sueño grande para vivir de manera grande. Las pavadas te acortan la vida, pero los sueños grandes la extienden. Si querés vivir largo y poderoso tenés que soñar cosas grandes; los sueños te sacarán la artritis, la depresión, el perder el tiempo en cosas sin sentido y te meterán en cosas grandes, profundas y poderosas.

Dibujá tu sueño, fotografiá tu futuro, escribilo, hablalo, corré y que nadie te lo quite. La gente querrá formar tu sueño pero Dios te lo dio antes que la gente y lo cumplirá, sí o sí. El que te dio el sueño te dará los recursos, la fuerza y la salud para que lo alcances.

Focalizate en los resultados, tu mente tiene que estar en el resultado final, no en los detalles (perdemos mucho tiempo en pavadas, en cosas pequeñas).

Dios quiere darte los cielos y la tierra para que la pises con autoridad y gobiernes en su nombre, para eso romperá tu mentalidad.

(CONTINÚA…)

Por Bernardo Stamateas

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