Tratado Evangelístico – ¡Ser o no Ser… de Cristo!
Porque los que son de Cristo, han crucificado la carne con los afectos y concupiscencias (Gálatas 5:24).
Tanto engaño religioso hoy en día, hace cada vez más difícil, al alma, comprender qué es ser de Cristo. Predicaciones meramente emocionales y carentes de contenido bíblico, hacen creer a muchos que son de Cristo, cuando en realidad nos lo son. ¿Cómo saberlo en verdad?
Algunos creen que son de Cristo porque:
- Concurren asiduamente a una iglesia…
- Están involucrados en actividades de la iglesia y colaboran con muchas tareas…
- Cantan y alaban, con gran emoción, conmoviéndose hasta las lágrimas…
- Porque fueron bautizados en agua…
- Porque han pasado una experiencia emocional que los impactó…
- Porque sus padres son cristianos…
En fin, la lista podría ser interminable…
Pero preguntarás: ¿Qué significa ser de Cristo realmente? Ser propiedad de Cristo, es haber aceptado ser comprado por Él. Es decir, haber creído con fe, que la obra efectuada en la cruz, es un acto de redención, que nos salvó de la condenación eterna. Aquel pecador arrepentido, Dios le hace su hijo, dándole el sello de propiedad del Espíritu Santo, en su corazón.
En el cual esperasteis también vosotros en oyendo la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salud: en el cual también desde que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa (Efesios 1:13).
No es cualquier sello. Es nada menos que el sello del Espíritu Santo, un sello de carácter permanente, que imprime una nueva vida, en aquel corazón que estaba muerto en la concupiscencia del pecado. Los que tienen este sello, nos dice la Biblia, han crucificado su carne, es decir, todos aquellos pecados que antes tanto le deleitaba, ahora ya no hay más placer en ellos, ya que la santidad de Cristo palpita en este nuevo corazón. Estos han tenido la victoria de crucificar su carne, junto con los vicios del pecado. Antes el pecado les oprimía como cadenas de las que no se podían soltar, pero ahora, Cristo ha hecho posible su libertad, gracias al triunfo de la cruz.
Estimado amigo/a:
¿Haz crucificado tus pecados? ¿Los has llevado a la cruz para hacerlos morir?
¿Quieres ser de Cristo, sin dejar el alcohol, el tabaco, o cualquier otro vicio?
¿Quieres ser de Cristo, sin renunciar a una vida promiscua o de adulterio?
¿Quieres ser de Cristo, sin dejar de ser violento e iracundo?
¿Quieres ser Cristo sin dejar de amar a este mundo y su pecado?
¡Imposible! Los que son de Cristo han crucificado la carne con sus afectos y concupiscencias. Puedes engañarte a ti mismo, pero no a Dios.
¿Será hoy el día de la verdadera crucifixión interior, de tus pecados? Si es así… Serás de Cristo.
Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor á los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo (2 Timoteo 2:192 Timoteo 2:19).
Por Alejandro D. Riff
Tomado de 50 Tratados50 Tratados Evangelísticos. Volumen 1.
NOTA: Dice textualmente el autor: “DE LIBRE DISTRIBUCIÓN. Tiene el permiso para la replicación de cada folleto en forma libre, para ser repartido, en forma impresa (Para la tarea de evangelización a nivel personal, o de iglesia).