asi-proclamaba-jesus-el-evangelioPredicaciones – Así Proclamaba Jesús el Evangelio 3

 

Continuemos.

2. La Obra De Cristo Es Completa, Perfecta y Suficiente Para Salvar.

Al sacrificio de Cristo no hay que agregarle nada. Su sacrificio no se puede repetir porque es único en la historia, y porque es único en valor eterno delante del Padre. Es necesario tener fe absoluta y total en Jesucristo, cuya obra es completa, perfecta y totalmente suficiente para salvar al pecador. Como dice el autor de la Carta a los Hebreos, tener fe es «estar seguro de que ya se tiene el título de propiedad de las cosas que se esperan; es estar totalmente convencido de que ya existen las cosas que no se ven» (Hebreos 11.1). Por lo tanto, tener fe en Jesucristo en cuanto a la salvación es estar seguro de que Él nos garantiza el título de propiedad de cada una de las implicaciones y resultados de la cruz. Es estar totalmente convencido de que ya es nuestro lo que ahora no podemos ver tocante a la vida abundante, a nuestro Señor Jesucristo y a la eternidad.

El acto de fe se ejerce por medio de una confesión. En la Biblia confesar significa asentir, decir que se está de acuerdo con algo. El pecador arrepentido debe estar de acuerdo con el Espíritu Santo de que Jesucristo es el Señor: «Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Romanos 10.9). Por fe debe recibir a Jesucristo en esa calidad por el resto de su vida: «Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre [Señor], les dio potestad de ser hechos hijos de Dios» (Juan 1.12). Es la misma respuesta que se le dio al carcelero de Filipo, cuando hizo la famosa pregunta: «Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo, tú y tu casa» (Hechos 16.30-31).

¡Qué importante es, pues, el mensaje que predicamos! De su claridad y apego a la enseñanza misma de la Palabra de Dios dependen el buen comienzo, la buena carrera, la buena batalla y finalmente la coronación en la meta del nuevo discípulo de Cristo! Por eso antes de ir al púlpito me pongo de rodillas con la Biblia abierta delante de mi rostro, y de mi ser interior sale siempre el mismo clamor: «Padre, que nunca me aparte de la centralidad de tu Palabra; quiero tener la mente de Cristo. Líbrame de devaneos religiosos. Quiero ser fiel a tu eterna verdad».

Es bello predicar el evangelio. Recuerdo con emoción una bella cruzada evangelística que celebramos durante el año 1996 en San Pedro Sula, Honduras. Desde el primer día el estadio estuvo completamente lleno, aun en noches de lluvia torrencial. Se hizo un gran impacto en los medios masivos y aun en las autoridades. El presidente de la república llegó desde Tegucigalpa, a doscientos cuarenta kilómetros, y me invitó a almorzar. Pero una de las cosas que más llenó de paz mi corazón fue el testimonio de algunos líderes. Ricardo Teruel, un alto ejecutivo de una importante empresa y quien fue el coordinador de la cruzada, dijo: «El Espíritu Santo convenció masivamente a los corazones de pecado y el men­saje fue muy Cristocéntrico». El pastor Daniel Romero, presi­dente de la cruzada, dijo: «Fue un mensaje de salvación y esperanza… basado sobre la Persona de Jesucristo. Además, fue un mensaje profético. La exposición fue clara, precisa, homilética, pero tan sencilla como para que cualquier persona aceptara a Cristo. Calculo que cada noche, entre tres mil y cinco mil personas aceptaron a Cristo de todos los estratos sociales de este país. La iglesia recibió el mensaje profético con convicción de que venía de Dios».

No importa dónde estemos ni a cuántos prediquemos, seamos profundamente bíblicos. Recordemos que quien hace el trabajo de salvar las almas y regenerar a los perdidos es el Espíritu Santo. Levantemos a Cristo, porque «si Él fuere levantado, a todos atraerá a sí mismo».

Extracto del libro “El Poder de su Presencia”

Por Alberto Mottesi

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

4 Comentarios

  1. Que el senor les continue bendiciendo,Hermanos quiero agradeserles por este medio sus ensenanzas del devosional diario en particular estoy aprendiendo muchisimos ,,a sido de gran bendicion para mi vida,diaria,que el senor derame bendiciones hasta que sobreabunden sobre sus vidas.

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