Familias Cristianas – Dolor por la Pérdida de un Ser Querido 1
Pasaje clave: Lucas 24:13-24.
A lo largo de toda nuestra vida, los seres humanos podemos sufrir más de cuarenta pérdidas emocionales, por ejemplo: la muerte de un ser querido, la muerte de una mascota, el cambio de domicilio, la graduación, el casarse, el terminar con una adicción, una enfermedad grave que aparece en tu vida, la jubilación, cambios financieros, problemas legales, dejar el hogar, etc.
Todo esto nos provoca pérdidas emocionales; perdemos algo bueno o malo y pasamos a otra situación buena o mala pero siempre algo perdemos. Esas pérdidas emocionales nos provocan «pena». ¿Cuántos sintieron pena alguna vez en su vida? Cada vez que perdés algo, se provoca la pena, y la pena no ha sido muy bien entendida, y no hemos sabido cómo ayudar a otra persona, cuando esa persona se encuentra en una pena.
Lo primero que quiero decirte y quiero que te quede bien claro, es que tener pena frente a una pérdida, sentir dolor frente a una pérdida, es normal. Que nadie te juzgue por sentir pena.
La pena es el resultado de dos sensaciones que se contradicen entre sí. Por ejemplo: el día que falleció mi papá yo tenía diecinueve años, y ese mismo día a mi me pasó algo extraño, que yo me culpaba por sentirlo, hasta que entendí que era algo normal, por un lado decía: murió, ¡qué bueno! no voy a tener que estar esperando nunca más a que él venga, porque yo me acuerdo que todos los días esperaba que él llegara a casa, y que no le haya pasado ningún accidente y cada vez que llegaba, que oía las llaves, que él entraba en casa decía: gracias Señor porque lo trajiste sano, y cuando él murió, lo primero que se me pasó por la mente fue decir: ahora ya no me voy a tener que preocupar más por eso, porque él ya no está.
Es decir, por un lado sentía alivio y por el otro lado, tristeza, dolor y angustia, ya que no lo iba a poder ver más, ya no podría hablar más con él, ya no iba a poder abrazarlo más, nunca más podría darle un beso o que él me diera un beso a mi, esas dos sensaciones, esas dos experiencias se juntaron y es lo que a veces no entendemos de la pena.
Por ejemplo: la pérdida de un matrimonio, un divorcio. Vos te divorciaste y por un lado decís: tengo alivio de que ya no voy a pelearme más, no voy a discutir más, no voy a estar más bajo presión, pero por el otro lado el dolor y la tristeza de tantos años vividos juntos y la inquietud de, ¿qué va a venir de aquí en adelante?
Esas dos sensaciones se juntan en la pena, alivio y dolor y no tenés que sentirte culpable por sentir ninguna de las dos, se puede sentir alivio y dolor a la misma vez, es natural.
La pena está relacionada con el corazón y no con el cerebro, por eso, cada vez que a una persona que pierde algo, que está sufriendo, le queremos dar explicaciones racionales, no le ayudan para nada.
Porque la pena no pasa por la cabeza, pasa por el corazón, se siente, y no podemos aliviar la pena de nadie tratando de darle respuestas racionales. Por ejemplo: desde chiquito, cuando perdías algo, los más grandes te decían: “No te sientas mal, no llores”. Trataban de consolarte con esa frase, entonces ¿qué pensabas por dentro? Que tenías que reprimir el llanto, que tenías que reprimir la emoción, porque llorar frente a la pérdida estaba mal.
Otra frase que nos decían era: “no importa, ya vas a conseguir otra esposa”, “se te murió el perrito, la semana que viene te compro otro”. Había que reemplazar lo perdido, y eso no sirve.
Otra de las frases era: “el tiempo sana las heridas, el tiempo sana todo”. Y esa es una gran mentira porque el tiempo no sana nada, lo que sana es lo que hagas en ese tiempo, no el tiempo por sí sólo.
El tiempo no sana heridas sino lo que hagas en ese tiempo de espera es lo que te puede levantar de una pérdida.
Otra de las frases es: “sé fuerte para los demás, sé fuerte para tus hijos”, “tenés que ser fuerte, vos sos el sostén de la familia”. Pero en ese momento de dolor no sabes quienes son los demás, en ese momento existís vos y tu dolor, no podes ser fuerte para nadie, no sirve de nada que alguien diga eso.
Otra de las frases es: “mantenete ocupado, se te va a pasar, te vas a olvidar”. Mantenerse ocupado tampoco soluciona nada, porque vos podes estar ocupado todo el día, pero llega la noche y el vacío, el dolor, la tristeza vuelven a venir a tu vida, porque no estás sanado. La ocupación no es mala, es buena, pero es simplemente una distracción, no sana la pena de la pérdida.
Otra frase: “yo sé lo que estás sintiendo en este momento porque a mi me pasó exactamente lo mismo”. Y esa es una gran mentira, porque si a vos se te murió tu mamá y viene otra mujer, que también se le murió la mamá y te dice: yo te entiendo porque pasé por lo mismo, no es lo mismo, porque mi relación con mi mamá no es igual que la relación que ella tenía con su mamá.
Tal vez mi relación era mala o mi relación era buena, y la relación de ella con la mamá era mala por eso no podemos sentir lo mismo, no podemos saber lo que se siente porque toda relación es única. Toda relación es única.
Hay otra gente que para consolarte te cambia el tema, que no quiere hablar de la muerte, dicen: “sí, se fue, partió”. No pueden decir se murió, no puede hablar de la muerte, la tiene como escondida. Vos le estás diciendo: estoy destrozada, no doy más, siento que me estoy muriendo que no tengo fuerzas. Y la persona te dice: “no te preocupes él está con el Señor, él ya no sufre más”. Pero vos decís y a mi qué me importa ahora eso, yo te estoy hablando de mi sufrimiento, de lo que yo siento, ya sé que él está bien, que ya está en paz, ya sé que no tiene más dolor, pero te estoy hablando de mi sufrimiento, yo estoy triste, yo lo extraño, yo me siento mal…
(CONTINÚA…)
Por Alejandra Stamateas
https://devocionaldiario.org/familia/familia-dolor-por-la-perdida-de-un-ser-querido-2/
https://devocionaldiario.org/familia/familia-dolor-por-la-perdida-de-un-ser-querido-3/
https://devocionaldiario.org/familia/familia-dolor-por-la-perdida-de-un-ser-querido-4/
gracias por tus palabras. hace un año q mi papà fallecio y es hasta hoy q no dejo de sufrir a mi papà le arrebataron la vida,lo aeecinaron sin ninguna razon y yo estoy sufriendo mucho nose como salir adelante! tengo 19 años tengo mi casa mi marido mis cosas y nada me alcanza para aliviar el dolor! como te extraño papi me haces mucha falta!!
Hola Jésica. ¡¡¡Bienvenida!! Te respondí por mail. Ninguna noche dura para siempre.
Hola German y Gloria. ¡¡Bienvenidos!! Y gracias por sus palabras. Pienso como ustedes que cada dolor es diferente, y aunque queden marcas, de cada dolor podemos ser sanados por el Señor. Miren la continuación de este tema en los siguientes post:
https://devocionaldiario.org/familia/familia-dolor-por-la-perdida-de-un-ser-querido-2/
https://devocionaldiario.org/familia/familia-dolor-por-la-perdida-de-un-ser-querido-3/
https://devocionaldiario.org/familia/familia-dolor-por-la-perdida-de-un-ser-querido-4/
Y tal como ustedes dicen: hay esperanza después del dolor. Mil bendiciones para sus vidas (Salmos 147:3).
Cada dolor es diferente y que no podemos consolar a otro poniéndonos en su lugar, sin embargo, cuando dejas que tu propia experiencia te haga hablar, podrás consolar y ayudar a aquel que está pasando por lo mismo. Perdí a mi hijo de 19 años hace más de seis años y no fue fácil superar esta crisis, hasta que logré entender un poco, que todas las cosas ayudan para bien, a los que amamos a Dios. Mi señor me hizo entender que yo fui «marcado» para consolar a otros que iban a pasar por lo mismo o algo parecido. Esta experiencia me hizo escribir un libro, leelo y verás lo que te digo: ESPERANZA DESPUES DEL DOLOR. Hemos sido marcados. Dios te bendiga.
Hola Maribel. Te bendecimos y oramos por tu vida, porque el tiempo de tu gozo está viniendo.
BUENOS DÌAS. PUES ESTE TEMA ES ALGO QUE YO HE BUSCADO, PUES EL 12 DE SEPTIEMBRE MI MADRE CUMPLE UN AÑO DE MUERTA, Y LO QUE ESCRIBES AQUÌ ES MUY CIERTO,.
LLEGA LA NOCHE, Y LAS LÀGRIMAS NO PARAN. UN INSTANTE DE QUIETUD DE SOLEDAD Y ES INEXPLICABLE LO QUE SIENTO.
SEGUIRÈ LEYENDO EL SIGUIENTE TEMA, PERO GRACIAS.