Familias Cristianas – Desarrollando Hambre por las Cosas de Dios 1

 

Cuando leemos en el periódico sobre jóvenes que roban, matan, destruyen propiedades o son sexualmente pro­miscuos, podemos estar seguros de que esos individuos no tienen un temor de Dios saludable, ni una buena comprensión de sus caminos, ni hambre por las cosas de Dios. Algunos de ellos puede que sean incluso de familias cristianas y hayan recibido a Jesús, pero por no haber sido enseñados en el temor de Dios y anhelar su presencia, están controlados por la carne.

Temor de Dios significa tener un profundo compromiso de respeto, amor y reverencia por su autoridad y poder. Significa temer a cómo sería la vida sin Él y estar agradecido de que a causa de su amor nosotros nunca tendremos que experimentar tal desesperación. Significa hambre por todo lo que Dios es y lo que Él tiene para nosotros.

¡Existe tanto en el mundo para desviar la atención de nuestros hijos de las cosas de Dios! El diablo se acercará a cada niño con su agenda y plan, para ver si ellos ceden a él. Pero si nosotros hacemos nuestra parte de enseñar, instruir, disciplinar y entrenar a nuestros hijos en los caminos de Dios

Cuando les leemos historias de la Palabra de Dios, les enseñamos a orar y creer que el Señor es quien ha dicho ser y que hará según ha declarado.

Cuando les ayudamos a asociarse con amistades puras, les enseñamos que el caminar con Él trae gozo y plenitud, no aburrimiento y restricciones.

Cuando oramos con y por ellos referente a todo, entonces nuestros hijos desarrollarán hambre por las cosas de Dios.

Ellos sabrán que las cosas de Dios son prioritarias.

Serán controlados por Dios y no por la carne.

Desearán sus caminos, su Palabra, y su Presencia.

Temerán a Dios y vivirán una vida más larga y mejor.

Porque «el temor del Señor multiplica los días; más los años de los impíos serán acortados» (Proverbios 10:27).

Cuando mi esposo y yo supimos que nos íbamos a mudar de California a Tennessee, el primer motivo de oración fue encontrar una gran iglesia con un grupo de jóvenes excelente. Esa oración fue contestada, y fue la razón principal que permitiera a nuestros hijos hacer este gran ajuste con éxito; porque fue en su nueva iglesia y grupo de jóvenes donde encontraron buenas amistades y continuaron creciendo en su relación con el Señor.

Encontrar una iglesia que esté enseñan­do activamente la Palabra de Dios, mostrando su amor, y compartiendo el gozo del Señor con sus hijos y jóvenes, hará una gran diferencia contribuyendo a que tus hijos desarrollen un hambre por las cosas de Dios.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “El Poder de los Padres Que Oran”

Por Stormie Omartian

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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