Familias Cristianas – Desarrollando Hambre por las Cosas de Dios 2
Continuemos.
Comienza ahora mismo orando por tu hijo para que tema a Dios, tenga fe en Él y en su Palabra, y desarrolle el tipo de corazón que le busca. Esto pudiera ser el factor que determine si tu hijo experimente una lucha constante en la vida en la carne, o que esté satisfecho y bendecido viviendo en el Espíritu. Recuerda, «temed al Señor, vosotros sus santos, pues nada les falta a aquellos que le temen» (Salmo 34:9). Nunca es demasiado temprano para comenzar a hacer esto. No esperes otro minuto.
Oración Por tu Hijo.
“Señor, yo oro por…………………………………… (nombre del niño), para que constantemente se incremente su apetito por ti. Que ella (él) desee tu presencia, pasar tiempo contigo en oración, alabanza, y adoración. Dale un deseo por la verdad de tu Palabra y amor por tus leyes y tus caminos. Enséñale a vivir por fe y ser dirigido por el Espíritu Santo, teniendo la disponibilidad de hacer lo que tú le orientes. Que ella (él) esté tan consciente de la llenura de tu Espíritu Santo, que cuando sea apocada(o) en cualquier medida, de inmediato corra a ti para ser renovada^) y refrescada(o).
Oro para que su corazón no ofrezca lealtad a algo ajeno o se desvíe fuera de ti, sino que más bien sienta repulsión por las cosas inmundas y por todo lo que se oponga a ti. Que una profunda reverencia y amor por ti y tus caminos coloree todo lo que ella (él) haga y toda decisión que tome. Ayúdale a comprender las consecuencias de sus acciones y a conocer que una vida controlada por la carne tan solo cosechará muerte. Que ella (él) no sea sabia(o) en su propia opinión, sino más bien que «tema al Señor y se aparte del mal» (Proverbios 3:7).
Clamo para que ella (él) sea digna(o) de confianza, formal, responsable, compasiva(o), sensible, amorosa(o), y dadivosa(o) con los demás. Líbrale del orgullo, vagancia, pereza, egoísmo, o lujuria de la carne. Suplico que ella (él) tenga un espíritu dócil y sumiso que diga «Sí» a las cosas de Dios y «No» a las de la carne. Fortalécele para que esté firme en sus convicciones.
Imploro que ella (él) siempre desee ser miembro activo de una iglesia cristiana, alerta a la verdad de tu Palabra y al poder de la adoración dirigida por el Espíritu Santo, enseñanza y oración. Mientras que ella (él) aprende a leer tu Palabra, escribe tu ley en su mente y en su corazón para que siempre camine con la segura confianza de la justicia de tus mandamientos.
Mientras ella (él) ejercita el orar, que pueda aprender a escuchar tu voz. Yo oro para que su relación contigo nunca se torne tibia, indiferente o superficial. Que siempre exista el fuego del Espíritu Santo en su corazón y un firme deseo por las cosas de Dios”.
Extracto del libro “El Poder de los Padres Que Oran”
Por Stormie Omartian