la-masturbación-infantilSexualidad – La Masturbación Infantil 2

 

Continuemos.

2. Fase edípica (4 a 6 años)
En esta etapa, el niño percibe mucho más las sensaciones de placer que le da tocarse las partes de su cuerpo. El simple contacto genera una gran sensación placentera.
Cuando esto se hace muy, pero muy frecuentemente, lo que indica es la liberación de tensiones que el niño va acumulando.

Los niños aprenden a utilizar las fantasías masturbatorias para librarse de tensiones e inquietudes emocionales vinculadas al crecimiento. La masturbación compulsiva en esta edad nos habla de que el niño está atravesando por situaciones conflictivas y frustrantes «compulsivamente», es decir, frecuentes.

Cada vez que el niño se sienta excesivamente frustrado recurrirá a la masturbación como medio de obtención de placer y búsqueda de descarga de la tensión. Es entonces cuando el niño necesita mucho más apoyo y atención por parte de los padres.

Si esto continúa, los padres deben buscar ayuda profesional de un buen psicólogo que los ayude a descubrir qué tipo de tensión hay en la familia que está repercutiendo sobre el niño.

 

3. Fase de fatencia (7 a 10 años)
El niño intenta compensar todas las frustraciones sufridas en las fases precedentes.
Los niños en estas edades practican la masturbación al ver a otros niños mayores que lo hacen, sintiéndose de esa forma también mayores. El hecho de que sea una etapa principalmente escolar hace que las actividades autoeróticas disminuyan enormemente, con la lógica sublimación hacia la función intelectual y cultural.

 

La Masturbación desde el Punto de Vista Histórico

Debemos tomar conciencia de dónde vienen nuestros fuertes ataques hacia la masturbación. Algunos escribieron que no sólo era pecaminosa sino que desde la «ciencia» era perjudicial en todo sentido. Para combatir esta enfermedad se crearon jaulas y bragueros que rodeaban la zona genital impidiendo que el paciente se tocara. Existía un clavo de hierro destinado a castigar el pene que se atreviera a erguirse.

Otros llevaban a cabo operaciones quirúrgicas donde se extirpaban las partes genitales que podían estimularse con la masturbación: el clítoris, cauterización de la espina dorsal, etc. En 1858 Brown, célebre cirujano londinense, propuso la oblación del clítoris en las pequeñas que se masturbaban.

 

La Masturbación desde el Punto de Vista Bíblico

No existe en las Escrituras ninguna prohibición directa a la masturbación ni en el Antiguo Testamento ni en el Nuevo Testamento. Es decir, no existe en la Biblia un pasaje que diga «no os masturbéis».

También es interesante notar que la palabra «sexo» no aparece ninguna vez en las Escrituras. Sin embargo las interpretaciones exegéticas están cargadas de tradiciones lejanas y cercanas en cuanto a este tema éticamente controvertido.

No voy a entrar a discutir aquí si la masturbación es pecado o no en el adolescente o joven, aquí nos referimos sólo a los niños. Los niños no se masturban porque son «pecadores» o «tienen fantasías sexuales» sino porque sienten placer y nada más, y porque también descargan tensiones y frustraciones familiares que pueden estar viviendo.

Los chicos se tocan por placer, por aburrimiento o por curiosidad, nunca por perversión. Por esto dejamos bien en claro que no es pecado.

Lo que podemos hacer es sencillamente distraerlo si lo hace mucho, sacando su atención de la masturbación, ya que muchas veces lo hacen por aburrimiento. Si es muy compulsivo debemos buscar ayuda.

Algunos motivos frecuentes son: crisis, madre sobreprotectora, timidez, miedo al fracaso y miedo a las relaciones afectivas con el sexo contrario. Si sucede cada tanto no hay necesidad de preocuparse, y debemos saber que no le va a pasar nada desde ningún punto de vista.

Podemos hablar paulatinamente con nuestros hijos explicándoles que hay partes de su cuerpo que le dan placer y que no deben tocarse delante de otras personas sino en privado. Informar por adelantado al niño de cómo funciona su cuerpo, sus zonas genitales, etc., para que no se encuentre con sorpresa alguna.

El niño debe saber que existen zonas de su cuerpo, zonas tales como pene, vagina, que son buenas y limpias delante de Dios, al igual que sus manos, ojos… y que todo su cuerpo es creado por Dios.

Recuerde: los niños se tocan por placer, aburrimiento o por curiosidad, no por perversidad. Los niños no son perversos.

(CONTINÚA…)

Por Bernardo Stamateas (Pastor y Sexólogo)

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